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Reportaje:

El ganadero recibe por la carne de cerdo precios inferiores a los de garantía

Desde hace varios meses, los ganaderos cobran por la carne de cerdo hasta dieciocho pesetas menos del precio de garantía (119 pesetas kilo, canal) establecido por el Gobierno para esta campaña. Esta irregularidad es tan sólo una de las consecuencias de la crisis por la que atraviesa actualmente el sector y que supone unas pérdidas aproximadas de 20.000 millones de pesetas anuales, según cálculos estimados por una de las asociaciones nacionales de productores, Anprogapor, que agrupa al 60% del sector, en 47 provincias.

La asociación entiende que, frente a una oferta de la producción porcina en aumento -incentivada por el Ministerio de Agricultura mediante la concesión de préstamos a través del Banco de Crédito Agrícola-, se produce ahora un estancamiento del consumo, debido en parte a la crisis económica y al progresivo incremento de la inflación.En opinión de Anprogapor, este desfase entre la producción y el consumo origina la caída de precios, situación que puede agravarse aún más ante el inevitable aumento en el precio de los cereales y los «astronómicos» precios de importación de la soja, que han subido ocho pesetas/kilo en tan sólo un mes.

La situación, sin embargo, arranca en el pasado mes de junio. El día 12, el FORPPA hizo pública su resolución para la compra de carne de porcino en régimen de garantía, aunque se aplicó con los precios del año pasado, ante la falta del correspondiente decreto de regulación de campaña 1980-1981. Este decreto, en vigor a partir del 31 de julio, estableció un precio de garantía de 119 pesetas.

Los mataderos no colaboran

La resolución del FORPPA, negociada con los sectores implicados, no gustó a los mataderos, que habían de colaborar en la recepción y sacrificio de los animales que ofertaron los ganaderos, a precios de garantía. Y denuncia Anprogapor que esta actitud se confirma en el hecho de que tan sólo 45 de los 129 mataderos frigoríficos existentes en la actualidad colaboran con el FORPPA en la retirada de canales de cerdo. En este sentido, los ganaderos sospechan que esa falta de solidaridad responde al interés de algunos de estos mataderos en comprar a precios actuales del mercado (102 pesetas) en vez de retirar los canales y contribuir así a la recuperación de los precios de mercado. Denuncian igualmente la actuación de intermediarios -los «tratantes»- que, en contacto con algunos mataderos, compran el ganado a precios aún bastante inferiores al mencionado, aprovechando la necesidad perentoria de vender que tiene el productor. Actualmente hay unas 150.000 reses ofertadas en espera de sacrificio a los mataderos colaboradores del FORPPA.Incluso el ataque a los mataderos llega aún más lejos. Aseguran los ganaderos que de los 45 mataderos que han firmado contrato de colaboración con el FORPPA veinte están parados a causa de «trabas» burocráticas y administrativas de todo tipo; y que los veinticinco restantes sacrifican a un ritmo muy inferior al habitual. Habitualmente, los mataderos no cuentan con instalaciones de frío (-20º), razón por la cual el FORPPA permitió la congelación y conservación de la carne en cámaras y frigoríficos distintos a los del propio matadero. Y es precisamente en estos trámites (sobre todo, de búsqueda de nuevos locales) donde la Comisaría de Abastecimientos y Transportes (CAT) -que sólo cuenta en estos momentos con una capacidad de 3.000 toneladas de frío homologadas- plantea más inconvenientes (reconocidos también por la Asociación Española de Empresas de Carne -Asocarne-). En este sentido, los productores culpan tanto a la Administración como a los propios mataderos de la crisis que sufren.

Y se quejan igualmente de los precios preocupantes que están alcanzando los cereales-pienso (que aún aumentarán con las nuevas campañas de regulación), paradójicamente cuando tenemos en España «la cosecha del siglo». En su opinión, es muy injusto que los precios en origen hayan bajado a lo largo de este año en un 20%, siga subiendo el componente alimenticio del índice de precios al consumo y los sufridos consumidores no hayan dejado de pagar cada vez más dinero por una misma cantidad de carne.

Así las cosas, Aprogapor pide al FORPPA que arbitre las fórmulas para que se sacrifiquen todos los animales disponibles y que, posteriormente, sean retirados del mercado para recuperar los precios. Al Ministerio de Agricultura se le pide la supresión de las ayudas para implantación de nuevas instalaciones, con el fin de que no se vea aún más agravado este problema. Y, finalmente, proponen que todas las partes implicadas en el sector (productores, Administración y sectores auxiliares) se sienten a negociar las bases de la reestructuración necesaria para su saneamiento.

En su opinión, esta remodelación debe comenzar por los aspectos sanitarios, con el fin de erradicar la peste porcina africana (PEPA), que el ganadero en muchos casos, no hace pública porque las indemnizaciones previstas por la Administración le suponen una considerable pérdida de dinero.

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