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CIENCIA

Sal y azúcar, productoras de prostaglandinas, empleadas para la curación de úlceras gástricas

El investigador israelí Abraham Danon confía en que con sal y azúcar, que estimulan una hormona, perteneciente al grupo de las prostaglandinas, que inhibe la secreción de los ácidos estomacales, se podrán curar las úlceras, según ha informado la agencia Efe desde Jerusalén. La sal y el azúcar, según observación del doctor Abraham Danon, estimulan la secreción de la mencionada prostaglandina, inhibidora de la secreción gástrica, hasta en treinta veces.

El doctor Danon especifica que el azúcar empleada por él en sus experimentos de laboratorio es el xylitol y sal, que estimulan la proel azúcar empleado en el hogar. En cuanto a la sal, es la común, pero el investigador israelí recomienda prudencia en su ingestión, puesto que un consumo excesivo y de una sola vez podría afectar seriamente a los cardiacos.Las soluciones de sal y azúcar empleadas, no obstante, piobaron que la secreción de prostaglandinas del tubo digestivo aumentaba notablemente, lo que ha provocado la decisión, por parte del citado investigador, de iniciar el tratamiento de enfermos seleccionados con sus «soluciones farmacológicas».

Prostaglandinas, una historia interrumpida

Hace algunos años, con motivo de un gran reportaje publicado en una revista de información general de París, las prostaglandinas pasaron a primer plano. Se llegó a hablar de que estas hormonas podían prevenir el infarto de miocardio, ser útiles contra los dolores reumáticos y eliminar algunos tipos de alergias respiratorias.La historia empezó en 1930, cuando dos ginecólogos americanos descubrieron que la musculatura lisa que forma la matriz femenina se contraía en contacto con el semen. Poco después se descubrió que el agente causante de tales contracciones del útero era un ácido graso, uno de los componentes del semen. Se demostró también que la inyección de ese ácido graso hacía disminuir la presión sanguínea. Inicialmente se pensó que el ácido graso del semen procedía del líquido prostático, y de ahí recibíó el nombre de prostaglandina. No tardó mucho en saberse que el componente activo del semen no procedía de la próstata, pero la primera denominación se había aceptado de tal manera que no pudo ser ya modificada.

Continúa la investigación científica sobre las propiedades de las prostaglandinas: influyen en el tono muscular, participan en la coagulación de la sangre, actúan sobre los capilares sanguíneos, la secreción gástrica se ve influida por las prostagiandinas; tienen un importante papel en las funciones renales, en la intestinal y en la pulmonar y conraen el músculo liso.

Precisamente a finales de este mes de octubre de 1980, investigadores básicos van a profundizar en el tema en la ciudad de Madrid. Mientras la aludida investigación básica va acumulando conocimientos teóricos sobre la cuestión, los clínicos van desarrollando experiencia práctica. Italianos, norteamericanos y españoles celebrarán en Madrid reuniones de alto nivel científico, con el único fin de obtener cada uno una mayor información en el campo de actuación.

Lucha contra las enfermedades estomacales

Uno de los campos en los que la aplicación de las prostaglandinas ofrece grandes esperanzas es su citada aplicación en la lucha contra la hipersecreción gástrica. El científico israelí Danon está convencido de que sus soluciones de xylitol y sal, que estimulan la producción de prostaglandinas, podrán incorporarse también a aquellas drogas que, como la aspirina, corroen el tubo digestivo. El investigador considera que, una vez aprobado el empleo de sus soluciones, serán necesarias dosis masivas, que deberán ser administradas por largo tiempo para borrar las llagas ulcerosas.

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