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La exposición "Madrid D.F." abre las nuevas salas del Museo Municipal

Hoy, a las ocho de la tarde, se inauguran oficialmente las nuevas salas de exposiciones temporales en el Museo Municipal de Madrid (Fuencarral, 78). Con la habilitación de estas nuevas salas, que aprovechan el espacio muerto empleado anteriormente como almacén de materiales, el Museo Municipal remata la brillante labor de adecentamiento y aprovechamiento cultural de una institución que parecía irremisiblemente condenada.En este sentido, hace escasamente un año asistimos a la reaapertura del museo con una soberbia exposición titulada Madrid. Testimonios de su historia hasta 1875, que fue una especie de preludio esperanzador sobre lo que podría significar culturalmente esta importante institución. Ahora, consolidadas las partes de exhibición fijas, en las que se puede contemplar un conjunto variado y riquísimo de obras artísticas, convenientemente restauradas, el Museo Municipal pretende desarrollar también un programa de exposiciones temporales que rompa con el concepto tradicional de simple museo-almacén.

Para ello, la directora del museo, Mercedes Agulló, encargó al arquitecto José María Viñuela la recuperación de las salas de almacenaje de los áticos del edificio, con el feliz resultado de la obtención de seiscientos metros cuadrados de espacio para exposiciones temporales, cuyo carácter diáfano y funcional destaca entre las mejores salas que hoy se pueden encontrar en Madrid.

Pero tan importante como la obtención de este nuevo y privilegiado centro de exposiciones es el programa que se pretende llevar a cabo. En primer lugar, comenzando por la exhibición de este Madrid D. F: Aspectos de la nueva escena plástica madrileña, que significa una valiente apertura al arte joven polémico que se produce hoy en nuestra ciudad, pero también con el anuncio de otras interesantes muestras sobre Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, la cerámica actual, los procesos tradicionales de estampación, dos años de restauraciones del patrimonio municipal, el arquitecto Juan de Villanueva, los poblados de la década del sesenta en Madrid, etcétera. En fin: una inteligente combinación de temas artístico-culturales sobre la historia y la actualidad de y en Madrid.

Respecto a la exposición que ahora se presenta -Madrid D. F.-, señalemos que ha sido patrocinada por Mercedes Agulló y Enrique Moral, concejal de cultura, y ha sido coordinada por José María Viñuela y Narciso Abril. Reúne a una docena de jóvenes pintores que trabajan en Madrid, cuya obra posee un carácter más polémico y representativo a juicio de sus seleccionadores.

Once artistas

Los elegidos han sido los siguientes: J. A. Aguirre, C. Alcolea, A. Albacete, M. A. Campano, E. Lootz, J. Navarro Baldeweg, P. Ortuño, G. Pérez Villanta, M. y E. Quejido, A. SchIosser y S. Serrano. Se acompaña además la exposición de un buen catálogo, encabezado por un inteligente texto preliminar de Angel González García y una presentación individual de cada uno de los artistas seleccionados, a la vez que se ha realizado una tirada conmemorativa de obra gráfica.Sin meternos ahora a criticar el contenido de la exposición, hay que felicitarse de la iniciativa ejemplar de acoger en el museo, sin escatimar medios, la producción de arte joven, algo desgraciadamente inusual. En definitiva: una nueva demostración de que el Museo Municipal funciona y quiere tener una presencia viva y actual en la cultura madrileña.

En su texto de presentación del catálogo Así se pinta la historia (en Madrid), Angel González García precisa el contenido polémico de la «muerte de la vanguardia» y del carácter selectivo que ha caracterizado siempre el ejercicio de la misma. La «autoconsciencia histórica de todos los estilos y todas las fórmulas», propia de la vanguardia histórica, no es hoy más relevante que lo fue en su época gloriosa y «aquí, en España, debe interpretarse como otra cosa que una recapitulación inteligente y afilada sobre lo que ha sido el arte moderno, aunque parezca quizá, por falta de costumbre, una epifanía escandalosa».

Traza a continuación Angel González una semblanza de lo que fueron los años setenta en el arte español y caracteriza a los pintores actuales como aquellos que «se atreven a pintar»: «Ahí están, al fin, de acuerdo todos los que pintan y también los que hacen como que no pintan: Juan Navarro Baldeweg, por ejemplo, o Eva Lootz, cuando habla de acción-rodeo».

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