El Gobierno de Bonn prefiere controles voluntarios

El Ministerio federal alemán de Economía anunció ayer que la RFA acatará una reducción voluntaria de la producción de acero en lugar de las cuotas obligatorias que prevé el plan de la CEE para salir de la crisis siderúrgica.En un comunicado, el ministerio alemán señaló que la posición oficial del Gobierno de Bonn respecto a este plan se comunicará a la CEE antes del plazo previsto, aunque indicó que el Gobierno federal se mostraba partidario de la solución de recortes voluntarios.

Por otro lado, y según informa Julio Sierra desde Bonn, el Gobierno federal ha recibido con malestar la respuesta negativa de Bruselas a una petición alemana formulada tras el Consejo de Ministros del miércoles. Los alemanes desean una sesión especial del Consejo de la Comunidad para que en él se estudie la actual situacion de la industria siderúrgica alemana, que seria la más afectada por la reducción de la producción de acero que piden los demás países. Debe tenerse en cuenta que este sector productivo ha sido el que ha experimentado en los últimos años en este país una mayor modernización, y que ahora se encuentra aún en pleno período de amortización.

La empresa número uno del sector, Thyssen, cuenta con que, en el caso de que el precio de la tonelada de laminado registre este año tan sólo un aumento de cincuenta marcos, la producción total prevista no será suficiente para que esta firma cierre el ejercicio sin números rojos, situación esta que se deterioraría aún más con un acuerdo restrictivo como el que piden los demás países miembros

La RFA es, con 45 millones de toneladas anuales y una plantilla total de 200.000 trabajadores, elprimer productor de acero de la CEE. Los alemanes estarían de acuerdo, en principio, en una reducción de un 10% en la producción, siempre que los italianos hagan lo propio. Según los expertos alemanes, Italia se beneficia de la situación interior torpedeando una solución con su creciente oferta más barata que la del resto de los comunitarios.

La tensión en el sector del acero y su difícil solución por parte alemana ha movido a la empresa Krockner-Werke a abandonar el cartel de crisis Eurofer, del que forman parte catorce productores siderúrgicos europeos, de ellos siete alemanes. Este grupo monopolístico debería jugar ahora, según el comisario de la Comunidad para la Industria, Etienne d'Avignon, el papel de elemento moderador dentro de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA), aceptando voluntariamente la reducción de la producción. Los alemanes no parecen dispuestos, a juzgar por la respuesta de Kloeckner-Werke, a secundar tal demanda. Alegan que en la mitad de 1980 se ha reducido ya suficientemente la producción en el sector de acero bruto, mientras en la primera mitad de 1980 se han alcanzado los veintitrés millones de toneladas. En la segunda, la producción se reducirá un 10% más.

Según el acuerdo de creación de la CECA, basta que la mayoría de países miembros apoye una decisión para que ésta quede establecí.da. Sin embargo, Bonn podría basarse en una resolución del Consejo de Ministros de 1966 por la que cabe la interposición de un veto por un país miembro que tema ver lesionados «intereses fundamentales».