Los comunistas condicionan su permanencia en el Consejo al tratamiento del bilingüismo

El Partido Comunista del País Valenciano (PCPV) condiciona su permanencia en el Consejo preautonómico a la postura que esta institución adopte sobre las normas ortográficas que regirán la aplicación del decreto de bilingüismo. Los comunistas, después de renovar el comité ejecutivo regional, han lanzado una ofensiva en el organismo preautonómico, concretamente en el tema más político, como es la regulación del decreto de bilingüismo, con el fin de romper su colaboración con UCD y salir de la institución, igual que lo hicieron los socialistas hace nueve meses, si el Consejo ratifica las normas ortográficas de la Academia de Cultura Valenciana.Los comunistas advierten que estas normas son una grave agresión para la cultura valenciana, ya que rompen con la tradición de cincuenta años, en que la práctica totalidad de los escritores valencianos utilizaron las llamadas normas de 1932, aprobadas en Castellón conjuntamente por filólogos valencianos y catalanes. Estas normas de 1932 suponen el reconocimiento de la unidad de la lengua hablada en el País Valenciano, Baleares y Cataluña.

Se están produciendo intensas negociaciones entre los comunistas y el presidente del Consejo, Enrique Monsonís (UCD) para alcanzar un acuerdo antes del próximo pleno, que tratará este tema. Fuentes próximas a la presidencia señalaron que probablemente no se adoptaría ninguna decisión sobre el bilingüismo para, de esta forma, respetar la autonomía con que fue creada la comisión mixta. Con esta táctica se trata de sortear la seria advertencia de los comunistas, que mantienen un consejero sin cartera, su secretario general, José Galán.

El conflicto surge de la minoritaria decisión de la comisión mixta, en que se aprobaron por tres votos contra uno las normas aprobadas por la sección de Filología de la Academia de Cultura Valenciana, como pautas que regirán la enseñanza del valenciano. Los seis representantes del Ministerio de Educación se abstuvieron, mientras el filólogo Manuel Sanchís Guarner, votó en contra, por considerar las normas de la Academia contrarias a la identidad con la lengua catalana.