Intensa actividad diplomática en la ONU y en Teherán para buscar soluciones

Con la esperanza de llegar a una resolución conjunta, que pedirá el «cese inmediato de las hostilidades entre Irán e Irak», los quince representantes de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU continúan reunidos este fin de semana, en Nueva York. Por otra parte, informaciones procedentes de Washington reflejan las lagunas que tiene el servicio de espionaje norteamericano (CIA) sobre la situación en el golfo Pérsico. Mientras tanto, en Teherán realizan una intensa actividad diplomática, sin esperanzas a corto plazo, el presidente paquistaní, Zia-Ul-Haq, en nombre de los países islámicos, y el líder de la OLP, Yasir Arafat.En la sede de Naciones Unidas se debaten dos proyectos de resolución en el Consejo de Seguridad. Uno, presentado por Noruega, con apoyo de los países occidentales. Otro, ofrecida por México, con el sostén de los países del Tercer Mundo. En realidad, ambos difieren sólo en matices, pero coinciden plenamente en proponer un «alto el fuego inmediato».

Es probable que la resolución final del Consejo de Seguridad no llegue hasta conocerse cuál es la reacción real de Teherán a la misión de «buenos oficios» que llegó ayer a la capital iraní. Está compuesta por el presidente de Pakistán, Zia-Ul-Haq, y el secretario general de la Conferencia Islámica, el tunecino Habib Chatty. Ambos, en nombre de los cuarenta países (incluidos Irán e Irak) que integran el grupo árabe en Naciones Unidas.

No tendría sentido una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU pidiendo un «alto el fuego» si Teherán rechaza la presencia de los mediadores del grupo árabe, como podría ocurrir, dadas las diferencias entre el presidente y el primer ministro iraníes.

A petición del Gobierno de Bagdad, el Consejo de Seguridad aceptó la presencia del subsecretario de Asuntos Exteriores iraquí en la reunión del Consejo. Ismat Kittani recordó las tesis de su Gobierno en pro de una paz que tenga en cuenta los derechos nacionales, la defensa de la soberanía y la integridad territorial de Irak.

Irán no envió ni pidió contar con un representante en la sesión del Consejo de Seguridad, medida coherente con las declaraciones del ayatollah Jomeini, que en el pasado calificó a la ONU de «organismo diabólico».

Consejeros de la Casa Blanca reconocieron ayer las fuertes lagunas de la CIA en la zona del golfo Pérsico, debidas a su especial concentración sobre los territorios de la URSS y China, en particular, en lo que se refiere a controles por satélite. También a las dificultades particulares del golfo Pérsico (lingüísticas, religiosas y culturales) para la «instalación» de espías propios. Una de las sorpresas de los medios militares norteamericanos ha sido la capacidad de réplica de la aviación iraní con sus caza-bombarderos F-4 y F-5, a pesar del boicoteo norteamericano para el envío de piezas de recambio y la salida precipitada de los instructores estadounidenses tras el triunfo de la revolución islámica del ayatollah Jomeini.