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El conflicto entre Irán e Irak

Cuatro siglos de rivalidad

Entre Irán e Irak, que comparten 1.500 kilómetros de frontera, los conflictos fronterizos han sido una constante que, aunque nunca han concluido en una guerra generalizada, tampoco han conocido una solución permanente.Como fruto de las múltiples incompatibilidades debidas a diferencias culturales entre persas y árabes, a divergencias religiosas entre chiitas y sunnitas, el contencioso fronterizo, unido igualmente a los problemas de las minorías kurda y árabe, se endurece periódicamente.

La conflictiva cuestión del trazado de las fronteras, sobre todo la del Chat-el-Arab, no ha podido ser resuelta ni durante la dominación otomana sobre Irak (1658-1917), ni después de su independencia, en 1921, ni con los sha de Irán, ni con la República Islámica Iraní.

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Diferentes acuerdos sobre el tema, entre ellos el protocolo de Constantinopla (1913) y el acuerdo fronterizo de 1937 entre Irán y el reino iraquí no han sido nunca llevados a la práctica. Los dos países fueron aliados en el pacto de Bagdad de 1955, aun sin haber arreglado sus diferencias.

La instauración de la República iraquí, en 1958, deterioró más las relaciones. Cada país apoyó entonces a los rebeldes kurdos en el territorio del otro, además de que Irak reivindicaba el Arabistán (Juzistán iraní).

La crisis del Chat-el-Arab estalló en 1969, cuando Irán denunció unilateralmente el acuerdo de 1937. A partir de entonces, y a pesar de diversos intentos de mediación, los incidentes fronterizos se multiplican. En 1971, Irán ocupa tres islotes estratégicos en el estrecho de Ormuz, lo que provoca la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países.

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Estas son restablecidas, a petición de Irak, en 1973 (durante la guerra del Kipur); pero la reconciliación no será sellada hasta 1975 con la firma de los acuerdos de Argel. Unos acuerdos que debían poner fin al problema secular del trazado de las fronteras terrestres y marítimas, y que únicamente provocaron el debilitamiento de la rebelión kurda en Irak, privada de la ayuda iraní.

Sin embargo, en las vísperas de la revolución iraní, las relaciones entre los dos Gobiernos eran lo suficientemente buenas como para que Irak restringiera las actividades políticas del ayatollah Jomeini, refugiado en Nayaf desde 1964. y le obligara a abandonar el país, con destino a Francia, en octubre de 1978.

Desde la instauración de la República Islámica Iraní en 1979, Teherán volvió a hablar de nuevos incidentes fronterizos. Bagdad, que en diciembre de 1979 pidió la denuncia de los acuerdos de Argel, se limitó a calificarlos de «enfrentamientos» entre las fuerzas iraníes y «kurdos o árabes».

El creciente desacuerdo entre las dos capitales se limitó en un principio a ofensivas diplomáticas y verbales: retirada de embajadores en marzo de 1980, petición iraquí de una evacuación inmediata de los islotes ocupados en el estrecho de Ormuz, en abril.

Desde primeros de septiembre, los comunicados; militares de las dos partes dan cuenta de «combates importantes,» entre fuerzas aéreas, terrestres y nava.les de ambos países. El 17 de septiembre, el presidente iraquí declaró los acuerdos de Argel «nulos y sin valor». Estos últimos acontecimientos hacen renacer, una vez más, la totalidad del contencioso entre ambos países.

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