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Las diferencias políticas en el seno de la OPEP impiden un acuerdo sobre precios uniformes

Un fuerte enfrentamiento personal entre los ministros de Petróleo de Irán y Arabia Saudí, y otro de carácter político entre Irán e Irak, dificultó ayer que la OPEP alcanzara en Viena un rápido acuerdo sobre la nueva fórmula que modificará automática y trimestralmente los precios a largo plazo del petróleo. Mientras los trece miembros del cártel continuaban anoche la búsqueda de un compromiso, se daba por seguro en el palacio Hofburg vienés, donde tiene lugar la reunión, que hoy habrá una nueva sesión para discutir esta vez una nueva subida inmediata de los precios y un eventual acuerdo para limitar la producción y altos volúmenes de exportación del consorcio.

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Después de casi quince horas de reuniones en las dos jornadas del encuentro triministerial, las posibilidades de un rápido acuerdo se habían limitado anoche a una última propuesta de compromiso presentada por la delegación argelina. La novedad de esta propuesta es que se alejaba de la presentada previamente por Argelia, y apoyada decididamente por Irán y Libia, y se acercaba a las tesis defendidas por Arabia Saudí y por el llamado comité de estrategia del consorcio petrolero.En concreto, la propuesta argelina suponía que la fórmula elaborada por el comité de estrategia para elevar los precios del crudo durante los próximos cuatro años no fuera rígida y permitiera, por el contrario, modificarla cuando «las condiciones del mercado así lo aconsejaran». Esto supondría que la OPEP, una vez implantado su nuevo sistema de precios, no sólo subiría el precio de su crudo, según los niveles de inflación, crecimiento y fluctuación de las monedas principales en los países desarrollados, sino también cuando el consorcio así lo decidiera.

Pese a la ligera modificación respecto a la propuesta argelina presentada el pasado mayo en Taif (Arabia Saudí), la OPEP aceptó considerarla como posible salida de la crisis. El jeque Yamani, defensor acérrimo de la fórmula contenida en el informe del comité de estrategia (EL PAÍS, 14-9-1980), se interesó por ella, en gran parte porque dividía al grupo de países radicales del consorcio (Irán, Libia y Argelia) y les alejaba de la posición que han mantenido hasta la fecha.

Ambiente tenso y acalorado

Aunque a última hora de la noche de ayer las discusiones se centraron en la materialización matemática de la propuesta argelina, el ambiente dentro de la reunión triministerial de la OPEP no dejó de ser tenso y acalorado. Tanto el lunes como en la mañana del martes, las continuas amenazas y salidas de tono de Irán estuvieron a punto de hacer concluir la conferencia triministerial de la OPEP como el rosario de la aurora.

Según fuentes bien informadas, Irán presentó en la mañana del martes una singular propuesta para que la OPEP obligase, por medio del arma del petróleo a los países industrializados, a reconocer a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), impusiera un límite del 20% en los actuales volúmenes de producción de crudo OPEP y cortase el suministro de crudo a aquellos países que tienen relaciones con Israel.

La propuesta fue calificada de «descabellada» por Yamani y ni siquiera fue considerada en serio, porque, según fuentes venezolanas, «introducía la política en el seno de un organismo que sólo defiende intereses económicos».

El rechazo de su propuesta no aplacó al ministro Alí Moinfar, de Irán, que acusó a Arabia Saudí y a su ministro de Petróleo, jeque Yamani, de «siervo del imperialismo norteamericano». El príncipe Al-Faisal, ministro de Asuntos Exteriores del reino saudí y segundo hombre fuerte del Gobierno de Riad, se vio obligado a presentar una protesta oficial ante la conferencia por «tonos subidos utilizados por algunos miembros»

El ministro Moinfar continuó siendo el protagonista de la reunión, ya que, a la vez, sacó a relucir las diferencias políticas entre su país e Irak para justificar un aplazamiento de la cumbre de jefes de Estado de la OPEP, que se celebrará en Bagdad, si algo no lo impide, el 24 de octubre próximo. Irán amenazó con estar ausente, de Bagdad y de la cumbre donde la OPEP debe ratificar por unanimidad la estrategia a largo plazo de la organización que tan cuidadosamente ha sido elaborada por su comité durante los dos últimos años. Moinfar, incluso, propuso que todo el trabajo de este comité sea revisado.

Comité de expertos

Mientras estas cosas sucedían a nivel ministerial, dos comités de expertos discutían en otras salas adyacentes algunos de los puntos centrales de este informe. Así se decidía que el diálogo con los países industriales, idea recogida con esperanzas por el informe del comité de estrategia, no tenga lugar vis a vis, sino dentro de los organismos internacionales y regionales existentes, tales como la ONU, el diálogo Norte-Sur, etcétera. Lo mismo sucedía con la propuesta venezolano-argelina para la conversión del fondo especial de la OPEP de ayuda al desarrollo en un banco de la OPEP. Irak presentaba una propuesta alterna para que en este banco también participasen los países del área de la OCDE.

El problema de la asistencia a los países en desarrollo se ha convertido en uno de los tópicos habituales de la OPEP desde que el consorcio se ha dado cuenta de su mala imagen dentro de este grupo de países. Por dicha razón, el ministro venezolano Humberto Calderón Berti declaraba que «el mundo en desarrollo no puede esperar que nos perdamos en cuestiones vagas. Sus problemas de desequilibrios exteriores son más urgentes que nuestras discusiones».

Pese a estas prisas, poco podrá la OPEP para remediar este año el déficit de 70.000 millones de dólares que registrarán los países en desarrollo por culpa de los altos precios de sus importaciones, especialmente las energéticas. El fondo de ayuda de la OPEP sólo tiene comprometida una suma que no llega a 1.200 millones de dólares de un excedente financiero de la OPEP para este año de 100.000 millones de dólares. La OPEP ha aprobado ya elevar este fondo a 20.000 millones, pero todavía falta la decisión política para que este dinero sea facilitado por los países miembros.

Al margen de estas cuestiones, no será hasta hoy, si así lo deciden los ministros y lo ratifica Yamani, cuando la OPEP entre en el tema central que hoy preocupa al mercado petrolero, esto es, el posible aumento del precio saudí de veintiocho a 32 dólares por barril y la eventual reducción en dos millones de barriles diarios del total de exportación OPEP de petróleo, calculada en veintisiete millones de barriles. Esta reducción de las exportaciones OPEP eliminaría el excedente de oferta que existe en el mercado de crudo, que se calcula que es de dos o tres millones de barriles diarios.

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