Falleció el escritor costumbrista y crítico taurino Antonio Díaz Cañabate

Antonio Díaz Cañabate, uno de los últimos escritores costumbristas españoles, falleció ayer en Madrid, ciudad sobre la que escribió páginas notables. El fallecimiento del escritor, que contaba 82 años, se produjo en la clínica Puerta de Hierro, en la que se hallaba internado. Sus pasiones fueron los toros y Madrid, en cuyo centro geométrico nació, entre el Casino y la calle de Peligros. Su último gran trabajo ha sido la dirección de los dos últimos tomos del tratado de tauromaquia Los toros, en cuyo cometido sucedió a José María de Cossio, que fue el creador de la obra.

Era el más destacado costumbrista madrileño de este siglo, como Mesonero Romanos lo fue del pasado. Fino y sutil analista de personajes de la vida de Madrid. Amigo de toreros, arquitectos, literatos, escultores, médicos, colaboró con asiduidad en toda la Prensa española, especialmente en Abc, donde fue crítico taurino y, ocasionalmente, en EL PAÍS. Sus artículos, breves y enjundiosos, reflejaban una ternura y compasiva ironía por los seres, las cosas, los rincones y lugares más preciosos de Madrid. Por esta sensibilidad lírica y escéptica recuerda las mejores prosas de Azorín.Nació en Madrid en 1898. Estudió Derecho en la universidad madrileña y desde muy joven se entregó a la actividad periodística. Entre sus obras merecen destacarse como las más relevantes Historia de una taberna (1944), obra que le acredita como un prosista ágil y un agudo observador. Aficionado a los toros, dirigió el tomo quinto del tratado de tauromaquia Los toros, que publicó Espasa-Calpe, bajo la dirección de José María de Cossío. Autor también de Historia de una tertulia (1952), donde describe con maestría personajes y figuras de relieve histórico, que fueron sus compañeros y amigos durante años azarosos y dramáticos. Por último, cabe destacar sus Historia del tren (1959), quizá la más azoriniana de sus obras por su visión del tiempo estancado y móvil. Escribió también La fábula de Domingo Ortega (1951) y Lo que se habla por ahí

Hace un año, Díaz Cañabate efectuaba este resumen de los 81 años que había vivido hasta entonces. ¿Para él habla sido la vida un trago amargo que hay que pasar? No. Había sido «bonita». «He tenido suerte», dijo. «Me he divertido todo cuanto he podido y además me he codeado con lo más selecto de mi generación. Mis mejores amigos han sido Ortega y Gasset y Zuloaga, unas personalidades cuya categoría no es preciso ponderar. En fin, que he vivido muy bien, quizá porque tampoco mis exigencias han sido muchas. En cambio, en lo que se refiere al dinero, no he tenido ninguna suerte; allá donde había un duro a ganar fracasaba estrepitosamente. Ya ve: a mis años sigo viviendo de esto, de las colaboraciones, cosas que me encargan».

El trabajo de mayor proyección entre los últimos que ha realizado Antonio Díaz-Cañabate es, sin duda, la dirección de los dos últimos tomos de Los toros. Hace unos meses apareció el quinto, y en breve se publicará el sexto, ambos editados, como toda la obra, por Espasa Calpe. En el tomo quinto escribe Cañabate una extensa disertación sobre el momento actual de la fiesta y visión retrospectiva de las últimas décadas de la tauromaquia, que constituye una aportación muy importante para la comprensión de la historia contemporánea del toreo.

Luis Calvo, como director de Abc, convirtió a Cañabate en crítico taurino, y esta profesión, que ejerció durante muchos años con acierto, le dio gran popularidad.