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Hua Guofeng anuncia una profunda reorganización en China

El presidente Hua Guiofeng anunció el pasado domingo su dimisión como primer ministro. El anuncio fue hecho durante un discurso pronunciado en la Asamblea Nacional Popular (ANP), reunida en Pekín. Hua insistió también en la necesidad de reorganizar profundamente el aparato administrativo chino y de acentuar la organización de su economía.

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Hua, que conserva su puesto como presidente del Partido Comunista chino (PCC), arrancó grandes aplausos en el auditorio del Palacio del Pueblo cuando indicó que su sucesor como jefe del Gobierno será el viceprimer ministro Zhao Ziyang, una de las personalidades más cercanas a Deng Xiaoping, el «hombre fuerte» del régimen.Como Hua, Deng ha abandonado el Gobierno junto a los otros seis viceprimeros ministros, para contentarse con seguir desempeñando sus cargos dentro de la jerarquía del partido, del que es uno de los vicepresidentes.

En su discurso, que duró dos horas, Hua insistió en la necesidad de separar, en el futuro, las funciones gubernamentales y administrativas de las partidarias, para evitar la «excesiva concentración de poder».

La promoción del tecnócrata Zhao -sobrevenida dos días antes de que se cumpliese el cuarto aniversario de la muerte de Mao- es interpretada por los observadores como el fin del período de transición posmaoísta.

Simbólicamente, la casi coincidencia de fechas con el aniversario de la muerte de Mao está marcada también por la dimisión de Chen Yoriggui, uno de los protagonistas de la « revolución cultural», campesino modelo de la brigada de producción Dazhai, al que Mao transformó en gloria nacional, convirtiendo su brigada en modelo para millones de chinos.

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Chen, que sigue siendo miembro del buró político, forma parte de los viceprimeros ministros dimisionarios. Desde hace varios meses, Chen es objeto de una intensa campaña de Prensa. Los otros viceprimeros ministros dimisionarios son Li Xiannian, Chen Yun, Wanig Zhan, Xu Xiangqian -que también es ministro de Defensa- y Wang Renzhong.

Hua, cuya dimisión debe ser ratificada mañana en la sesión de clausura de la ANP, no ha indicado quiénes sustituirán a los viceprimeros ministros dimitidos.

Con ocasión de su discurso de dimisión, Hua ha hecho una completa panorámica de las grandes orientaciones políticas chinas. En el plano económico anunció el abandono de la herencia de «los vestigios perniciosos de la línea desviacionista de izquierda». Si ha dicho que el pensamiento de Mao Zedong conservaba, en este aspecto, todo su valor, se debe a que, según él, tiene impresa la huella del pragmatismo.

En lo que concierne al aparato administrativo de China, Hua anunció una reforma completa, que debe desembocar en un sistema coherente de selección de cuadros. «Está disponible mucha gente cualificada, pero lo terrible es que algunos no hacen lo posible por buscarles», añadió, a la vez que deploraba que «la burocracia esté largamente extendida en los órganos de Gobierno».

Dentro del capítulo de política exterior, Hua renovó solemnemente la condena de Pekín contra el «hegemonismo» de la Unión Soviética y de Vietnam, pero puso el acento sobre el deseo de China de que se instaure una vecindad pacífica, que resulta indispensable para el desarrollo y la modernización del país.

El primer ministro dimisionario anunció por último la revisión de conjunto de la Constitución china, que será confiada a una comisión de la ANP y presentada para su aprobación a la sesión anual del año próximo.

Prolongación de la línea maoísta, según Moscú

Los soviéticos han destacado del discurso de Hua «el mantenimiento de la línea maoista en su política exterior». La agencia oficial Tass, que difundió con rapidez la dimisión de Hua como primer ministro, distribuyó a continuación un breve resumen del discurso, en el que se afirmaba que «Hua Guofeng ha confirmado que la dirección china tenía la intensión de mantener una política exterior maoísta».Los observadores afirman que Moscú sigue muy de cerca la evolución de la situación en China y se interesa por la desmaoización, según las propias palabras de Leónidas Breznev, pero el Kremlin no cree en un cambio de actitud de Pekín frente a la URSS.

El 29 de agosto, en el discurso pronunciado en Alma Ata (sur de la URSS), Leónidas Breznev constataba con satisfacción que « muchas cosas están cambiando en China», pero lamentaba también que «esto no está repercutiendo en la política exterior» de este país.

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