Polémica en Italia por la intervención del Papa sobre el aborto

El mundo político italiano ha empezado a reaccionar, a diversos niveles, a la clamorosa iniciativa del papa Juan Pablo II, que pidió a los católicos italianos que se esfuercen en obtener la abrogación de la actual ley sobre el aborto.En Florencia, donde tiene su sede la secretaría nacional del Movimiento para la Vida, grupo promotor del referéndum para cambiar la ley, los seguidores de est movimiento Integrista católico hicieron pública ayer, en un comunicado, su satisfacción por el apoyo que les había brindado el Papa con su intervención contra la ley. La nota del Movimiento para la Vida ha sido transmitida por Radio Vaticano. En la misma nota, los miembros del movimiento critican a algunos obispos por no haber apoyado suficientemente la recogida de firmas a favor del referéndum.

El partido republicano ha reaccionado duramente. Lo ha hecho en nombre del partido Oscar Mammi, presidente del grupo parlamentario: «Consideramos irresponsable», dijo, «que frente a los gravísimos problemas que vive el país, como la situación económica y el terrorismo" se desee replantear una cuestión que la ley ha resuelto ya, consintiendo a miles de mujeres sustraerse a la más sucia de las especulaciones». Y como amenaza recordó los resultados y consecuencias políticas de la cruzada contra el divorcio de 1974, con la derrota inesperada del mundo clerical y democristiano.

También los liberales han puesto en guardia a los católicos para que no desempolven «pecados anacrónicos de carácter espiritual y religioso», recordando que el problema del aborto tiene graves implicaciones no sólo morales, sino también jurídicas y civiles. Los comunistas han publicado ayer un artículo titulado a toda página en el órgano oficial del partido, L'Unitá, en el que se habla de «nueva cruzada», y se califica a la intervención del Papa de «dura y pesada». Los comunistas afirman que la acción que se ha desencadenado contra la ley del Parlamento tiene «sabor oscurantista y puede tener consecuencias peligrosas».

Por su parte, el secretario general democristiano, Flaminio Piccoli, reiteró, que para los democristianos se trata «de una batalla de conciencia que debemos llevar a cabo unitariamente», ya que la ley, añadió, es «una plaga nacional». Los radicales aseguran que el referéndum, si se convoca, constituirá un fracaso, y que ellos han recogido muchas más firmas para pedir una ley «más liberal que la actual». Según los radicales, la actual ley fue «fruto de un compromiso político y condiciona aún demasiado la libertad de la mujer».