El ballet de Maurice Béjart, en el Festival de Santander

«Los espectáculos de baile registran cada día un éxito mayor, un público más loven y más nutrido», escribía Maurice Béjart en la presentación de su Ballet Siglo XX para el Festival Internacional de Santander, y la prueba de lo acertado de su afirmación la tuvo con la explosión de entusiasmo en una plaza porticada, llena, como pocas veces se ha visto, de un público que ovacionó durante largos minutos las coreografías presentadas, y muy especlalmente, la del Bolero, de música de Ravel.El Ballet Siglo XX, de Maurice Béjart, cerraba el ciclo de danza del Festival Internacional de Santander (FIS), que se inició con una gala infantil, continuó con la gala de estrellas internacionales de la danza, con la participación especial de Ekaterina Masimova y VIadimir Vassiliev, del Bolchoi de Moscú, que actuaban por primera vez en España, y prosiguió con el espectáculo colorista y renovador de la Danza Nacional de Cuba, dirigida por Sergio Vitier. Un ciclo de gran altura artística y con llenos prácticamente del teatro de la plaza porticada en todas las jornadas.

«El baile ha recuperado dentro del cortejo de las artes, el puesto que una civilización cristiana y puritana le había quitado. Pero ¿es suficiente? El baile no es únicamente un espectaculo, y, la excesiva admiración de un público nuevo y ferviente no conducira a ninguna parte si una revolución profunda no le devuelve su lugar en el seno de una sociedad que trata de buscarse a sí misma», señala Maurice Béjart,

Una de las notas dominantes de la actuación en el FIS del Ballet Siglo XX, de Maurice Béjart, consistió en el estreno en España de Leda, coreografía creada en París, en 1979, sobre música tradicíonal japonesa y, a la que Maurice Béjart define como «variaciones sobre el antiguo tema del dios Júpiter, que, por amor a Leda, se metamorfosea en cisne. Un bailarín. Una gran bailarina. Un cisne: ¿cuál de los dos?». Sin embargo, el nivel más alto de aceptación popular se produjo en la segunda jornada, con la interpretación del Bolero de Maurice Ravel, melodía que «enronquece sobre ella misma» y que interpretada únicamente por horribres se convirtió en el mayor éxito de la presente edición del Festival Internacional de Santander.