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El feminismo

ha superado muchas barreras y ha conquistado muchas batallas, algunas de las cuales se han librado en las playas, como quería Churchill que se ganaran las importantes confrontaciones de la última guerra mundial. En serio: las mujeres han vencido en muchos terrenos, pero siguen teniendo ante sí reductos infranqueables. Anteayer, en Bilbao, se produjo un ejemplo notorio de la discriminación que permanece y dura, que diría el clásico. Un grupo de vascólogos participantes en los primeros Encuentros Internacionales de Vascólogos se negó a comer en un txoko (sociedad gastronómica), al series prohibida la entrada a los miembros femeninos del grupo. Esta prohibición se debe a que en los estatutos de estos centros culinarios, típicos del País Vasco, no está permitida la entrada de personal femenino. Es de suponer que los vascólogos encontrarían pronto algún restaurante heterosexual.

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