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Indecisión administrativa sobre la contaminación de Bilbao

La falta de claridad sobre el contenido exacto de las competencias transferidas al Gobierno vasco en materia de sanidad y medio ambiente parece estar en el origen de la parsimonia con que las autoridades están abordando la solución al grave problema de contaminación revelado por la declaración, el pasado día 6, del estado de alarma en la comarca del Gran Bilbao.Así, el gobierno civil se encontraba todavía ayer a la espera del dictamen de su asesoría jurídica sobre el organismo y organismos a los que correspondería tomar las iniciativas pertinentes ante el hecho comprobado de la existencia de varias toneladas de DDT al borde de una vía urbana de Baracaldo. Mientras tanto, el fuerte olor a insecticida que había alarmado la semana pasada a los bilbaínos, movilizando a los servicios de protección civil, seguía siendo claramente perceptible en varias localidades de la margen izquierda del Nervión.

Fuentes solventes expresaban, paralelamente, su escepticismo ante la decisión, adoptada el pasado viernes con carácter de urgencia, de cubrir con una capa de arena las decenas de toneladas de DDT arrojadas a una escombrera de Portugalete.

Quizá por ello, la Consejería vasca de Política Territorial, de la que depende la Dirección General de Medio Ambiente, remitía al gobierno civil un informe en el que sugería verter sobre la capa de arena cien toneladas de sulfato de cal, único material que, al parecer, ofrece garantías para anular los efectos tóxicos del DDT.

El mismo departamento del Gobierno vasco, en base a una de las competencias claramente estipuladas en los convenios de transferencias firmados hasta el momento, ordenaba al Ayuntamiento de Portugalete la apertura de un expediente de cierre de la escombrera, por considerar a ésta, a efectos legales, clandestina.

Fuentes de la Consejería de Política Territorial precisaron, por otra parte, que deberá ser la alcaldía de dicha localidad quien determine, tras el previsible cierre, la sanción que cabe imponer a los responsables de la escombrera.

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