Voz de alarma
Cubrimos los dos tercios de nuestras necesidades energéticas con petróleo importado, petróleo cada vez más caro y más escaso, cuya extracción se restringe, creando una situación tan grave que países como Japón han adquirido veinte millones de barriles, pagando cuarenta dólares/barril, cuando el «precio de tasa» era de veinticuatro dólares. Tratamos de remediar la crisis ampliando en un 50% la producción hidráulica de energía, pagando por ello el «costo social» de inundar zonas pobladas y cultivadas; doblando nuestra producción de carbón, manteniendo sin ampliar nuestras centrales de petróleo y multiplicando por siete nuestra potencia nuclear. Se pretende llegar a 1985 cubriendo nuestra producción de energía eléctrica así: mediante energía nuclear, 22%; con energía hidráulica, 28%; con carbón, 33%; con petróleo, 17% (Anales de Mecánica y Electricidad 1980), a las que habrá que añadir los consumos de petróleo por calefacción, transporte y usos agrícolas. Mas estos proyectos hay que enjuiciarlos sin olvidar el clima social español e internacional, fuertemente alérgicos a la energía nuclear. Pero ¿tienen razón?Para contestar, analizaré todos los riesgos que originan las distintas clases de centrales por su instalación, por su explotación, por el acarreo y almacenamiento de su materia energética y residuos, por paralización de la central, por fallos en el suministro de «materia prima», debido a brutales encarecimientos, presiones políticas o escasez. Separaré los accidentes fortuitos de los provocados por guerra o terror, y estimaré las posibilidades que la central que se analiza ofrece al dañador para extender las consecuencias del sabotaje, eligiendo las zonas del país o de países vecinos. situadas fuera del recinto ,de la central que desea afectar.
Para valorarlas, puntuaré cada riesgo con unos índices: 1, 2 y 3 -3 para el máximo riesgo-, que nos darán un «grado de calidad»-valor óptimo 3 para cada tipo de central:
- Térmicas de carbón: sus averías, fortuitas o provocadas, afectan únicamente al recinto de emplazamiento y almacenes; el carbón no estalla, no origina «mareas negras» y su importación es normal -¿por cuánto tiempo?-. Grado de «calidad»: 2.
- Térmica de petróleo: presenta riesgosen el transporte para el país propio y vecino -«mareas negras»-, pueden volarse los tanques en que se almacena -Africa del Sur-, su importacion y costo no tienen garantía. Grado de «calidad»: 1,4.
- Térmica nuclear: son posibles accidentes en transporte y almacenamiento de uranio y residuos -Palomares-, excepcional mente graves si fuesen provocados por voladura; averías fortuitas o provocadas, que rompan el aisla miento entre el núcleo de reactor y ambiente, producirán nubes con taminadas, que se desplazarán según los vientos, afectando zonas ajenas al recinto situadas en el país propio y vecino; pueden provocar se eligiendo la zona que se desea dañar, y así, la voladura de una central belga podrá infectar Londres. Posiblemente, estas características provocarán acuerdos internacionales, que limiten la libertad de cada nación en la instalación y uso de las centrales nucleares. Grado de «calidad»: 1,2.
- Centrales hidráulicas: las averías graves por causas fortuitas son raras, al menos en España, pero sí lo es la voladura intencionada de la presa -voladura ya realizada por los ingleses de una presa alemana, ahogando en una noche 100.000 personas-. El dañador puede elegir hora y fecha de mayor catástrofe, aunque no la zona. Esto y las posibilidades de remediar años secos le dan un grado de «calidad» de 1,5.
- Térmica solar: tendría todas las ventajas: «combustible» inagotable y, en zonas andaluzas, permanente; no necesita transporte, no permite al dañador arruinar zonas externas al propio recinto. Grado de «calidad»: 2,5.
Conclusión. Estamos en una situación grave, Soluciones: ideal, pero de suerte, encontrar petróleo o gas. Parcial, carbón, intensificando su extracción. Total y trabajosa, central térmica solar.
Dificultades de la central térmica solar
Recibimos la energía solar en forma dispersa -1.000 wh/h/m2-, lo que obliga a superficies de captación, para 50.000 Kw, de 200.000 M2. Recibimos los rayos solares a una temperatura de 1000, cuando necesitamos 500º para mover turbinas, lo que obliga a concentrarla. Por otra parte, el sol se mueve, y debemos seguirlo en su carrera.
Todo esto -según la solución que estudiamos -obliga a estructuras gigantes: parábolas de 500 metros de diámetro, capaces de moverse dócilmente siguiendo al sol y capaces de sostener sin daños temporales. Resueltas estas estructuras -los ingenieros italianos proyectan un puente sobre el estrecho de Mesina de 3.300 metros de luz; en Estados Unidos, el puente de Verrazano tiene luces de 1.300 metros-, tendríamos centrales solares, porque los demás problemas, calderas solares, espejos, estudio de zonas de insolación, están resueltos. Es un problema puramente nuestro, de nuestros ingenieros, ya que no conozco otro país como el español que, teniendo tal carencia de petróleo, disponga de zonas tan ricas en energía solar como Andalucía.
Hemos estudiado a nivel de maqueta soluciones que nos permitirían construir, izar, mover y proteger estructuras gigantes, pero estos estudios deben confirmarse con ensayos parciales a escala natural -ensayos que no costarían más que importar un futbolista-, porque los problemas que presentará la estructura no serán siempre los de la maqueta a mayor escala; pueden ser también problemas nuevos, diferentes. Los ingenieros que proyectan maquinaria eléctrica de tensiones muy altas me darán la razón. El premio valdríala pena: atacando seriamente el problema, la bolsa subiría, la inversión se reanimaría, el paro desaparecería, las industrias eléctrica, siderúrgica y de construcción conocerían una época de oro; Andalucía, donde se instalaría esta industria eléctrica en constante desarrollo, en constante evolución, pasaría a ser la zona privilegiada de España.
Yo entiendo que estamos en situación parecida a los americanos en la guerra del Pacífico. Tampoco ellos podían mantener el consumo de gasolina que suponía -incluidas pérdidas- su aviación; no hubiesen podido seguir la guerra. Ante aquella situación angustiosa, sus gobernantes aceptaron la sugerencia de unos físicos, proponiendo la fabricanción de la bomba atómica, cosa que estimaban posible.
La propuesta, entonces loca Y fantástica, se aceptó y ganaron la guerra.
Hoy, nuestra situación ante el problema energético y la energía solar es idéntica, y para España el premio en importancia, también idéntico.
es doctor ingeniero del ICAI.
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