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Muskie, partidario de la ratificación del SALT II

El secretario de Estado norteamericano, Edmund Muskie, declaró en la noche del pasado viernes, en San Francisco, que la ratificación del Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT II) era crucial para los intereses de Estados Unidos.En un discurso ante el Consejo de Asuntos Mundiales, organismo privado para el estudio de las relaciones internacionales, Muskie afirmó además que resultaba necesaria una ampliación de la alianza entre Washington y sus aliados europeos, manteniendo la independencia de criterios de los países occidentales.

El debate sobre el SALT II fue originalmente planteado el pasado invierno, pero la Administración lo pospuso, el pasado mes de enero, indefinidamente, a raíz de la intervención soviética en Afganistán.

Con anterioridad, Muskie había afirmado que la ratificación del tratado, firmado en Viena por Carter y Breznev, el pasado mes de junio, era «imposible» en tanto permaneciesen las tropas soviéticas en Afganistán. Muskie dijo en San Francisco que, «a pesar de que el tema afgano esté presente en los debates para la ratificación del SALT II, el mismo no debe ir en contra de intereses nacionales superiores, incluida la política con nuestros aliados».

Respecto a estos últimos, el secretario de Estado declaró que es el momento de ampliar las bases de cooperacion con los aliados atlánticos «desde el momento en que las democracias industrializadas se encuentran amenazadas y ante un desafío».

Muskie añadió que la Alianza Atlántica pudo garantizar 35 años de paz «porque se preparó en todo momento para hacer frente a una eventual agresión».

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Nuevas realidades

El dirigente de la diplomacia norteamericana añadió que en la época actual se han impuesto nuevas realidades en las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados occidentales, entre los que incluyó a Japón y Australia.

Las nuevas realidades enumeradas por Muskie son: la presencia soviética en Afganistán, que constituye una amenaza para Occidente, y el suministro de petróleo y la condición de naciones; poderosas que han obtenido los países europeos occidentales, ante lo que se hace indispensable que EE UU consulte con ellas cualquier decisión.

Muskie insistió en que! Europa occidental no podía ser considerada ¡in islote dentro del marco de la détente «desde el momento en que las agresiones armadas se reparten por el planeta».

«De cara a la política militarista de la URSS», dijo, «debernos esperar que la respuesta y las promesas de nuestros aliados sean claras e inequívocas».

Finalmente, Muskie aseguró que los problemas económicos definirán las relaciones norteamericano-europeas en los próximos años. Entre la confrontación y la Cooperación, el secretario de Estado señaló que esto último aportará a todos, EE UU y europeos, más ventajas que inconvenientes dentro del comercio internacional», dado que la cooperación entre nuestras naciones industrializadas es la principal fuente de las nuevas ideas y el desarrollo tecnológico».

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