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La Mafia siciliana de la droga asesinó al magistrado, de Palermo

Juan Arias

No existen dudas sobre el asesinato del jefe de la Magistratura de Palermo, Gaetano Costa. Ha sido ejecutado por la Mafia. Por eso nadie ha reivindicado el atentado: la Mafia nunca firma sus delitos. En Palermo tuvo lugar ayer una cumbre de las mayores autoridades de la región siciliana, en la que participaron el ministro del Interior, Morlino, y el vicepresidente del Consejo Superior de la Magistratura, Ziletti. El presidente es el jefe del Estado, Sandro Pertini.El asesinato del importante magistrado plantea de nuevo la grave situación que se está creando en la isla italiana, donde los mejores hombres públicos van cayendo, uno a uno, bajo el plomo de una Mafia que no perdona que se intente entrar en su reino. Se salva sólo quien colabora con su poder oculto. Por eso quien llega a Palermo con la voluntad y el coraje de investigar, de desnudar a la vieja señora invisible y omnipresente no escapa vivo.

El fiscal jefe de Palermo, hombre de izquierdas, antifascista declarado y brillante intelectual, había conquistado, en los dos años de permanencia en su difícil puesto, la simpatía de la ciudad. En sus manos se encontraban varios asuntos graves de tipo mafioso. Los más importantes, el tráfico de drogas entre Estados Unidos y Sicilia, y el uso, en subastas públicas, del llamado «dinero sucio», proveniente de secuestros y atracos.

Hace sólo unos días, en el Palacio de Justicia de Roma se aseguraba que iban a saltar nombres de políticos importantes mezclados en el asunto. De hecho, el primer nombre ya era conocido por la opinión pública: Michele Sindrona, considerado, según esta investigación, como el consejero de la Mafia americo-siciliana.

Las víctimas de la Mafia

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«Seguramente», dijo el responsable local del partido comunista, «el homicidio está ligado a los avances hechos por la Magistratura en la investigación de las grandes familias, Como Gambino, Spatola y Sindona».

A confirmar esta tesis vienen cinco asesinatos cometidos en el espacio de un año. El primero en caer, el 21 de julio de 1979, fue el policía jefe de la escuadra móvil, Boris Giuliano, que había descubierto la pista de la llamada «multinacional de la heroína».

Dos meses más tarde fue eliminado el juez Cesare Terranova, diputado independiente en las listas del partido comunista y destacado miembro de la comisión parlamentaria que investiga el fenómeno mafioso.

El 6 de enero de este año se apunta más alto, y la víctima es el presidente de la junta regional de Sicilia, el democristiano Pier Santi Matarella.

Y el 5 de mayo cayó otro investigador incómodo, el capitán de carabineros Emanuele Basile, que había llegado, por otras vías, a las mismas conclusiones que el policía Boris Giuliano sobre «la ruta de la heroína».

Desde 1971 son catorce los miembros de la Magistratura italiana muertos en atentado, la mayor parte a manos de organizaciones extremistas armadas, excepto Cesare Terranova y el propio Costa, víctimas de la Mafia.

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