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La orden de detención a Netanyahu del fiscal de La Haya ahonda la división sobre Israel en la UE

Alemania y Polonia cuestionan la “equiparación” del mandatario israelí con Hamás mientras que España, Francia y Bélgica respaldan la “independencia” del tribunal contra la impunidad “en todas las situaciones”

Benjamín Netanyahu
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, en la base militar de Kirya en Tel Aviv, Israel, en una imagen de archivo el 28 de octubre de 2023.Pool (via REUTERS)

Las reacciones enfrentadas de los Veintisiete a la decisión de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) de solicitar a los jueces la detención del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y de la cúpula de Hamás ponen una vez más de relieve la profunda división que suscita en la UE la guerra de Israel en Gaza. Países como Polonia, Austria, República Checa y Hungría han cargado contra el TPI, mientras que Alemania critica lo que considera “falsa sensación de equivalencia” del líder israelí con Hamás, la organización fundamentalista que llevó a cabo los ataques del 7 de octubre que derivaron en la ofensiva del Estado judío en la Franja. Al otro lado, socios como Francia, España o Bélgica han respaldado con contundencia la “independencia” de esa institución contra la impunidad “en todas las situaciones”.

La falta de unidad y de una voz fuerte en el conflicto de Oriente Próximo han elevado las acusaciones contra la UE de mantener un doble rasero: una postura sobre la guerra de Rusia contra Ucrania y otra distinta sobre las vulneraciones del derecho internacional de Israel en su ofensiva en Gaza, donde los muertos por ataques israelíes superan los 35.000. Una diferencia, ha criticado Mustafá Barghouti, de la Iniciativa Nacional Palestina, que no sucedió con la orden del TPI contra el presidente ruso, Vladímir Putin, por cargos como la deportación forzosa a Rusia de niños ucranios.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha calificado de “indignante” la orden de detención emitida por el fiscal Karim Khan contra Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant. EE UU no es uno de los 124 signatarios del Estatuto de Roma que suscriben el tribunal, obligados a ejecutar las órdenes de arresto. Tampoco lo es Israel, pero sí lo es Palestina.

El alto representante para la Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Josep Borrell, ha sido claro. “El mandato del TPI, como institución internacional independiente, es procesar los crímenes más graves según el derecho internacional. Todos los Estados que han ratificado los estatutos del TPI están obligados a ejecutar las decisiones”, dijo Borrell en un breve comunicado en las redes sociales.

Aunque ningún Estado miembro ha dicho que incumpliría la orden de arresto si La Haya decide emitirlas tras la petición de la Fiscalía, sí ha habido una gran diferencia en cómo ha caído la decisión. Por un lado, está el bloque liderado por España, Bélgica e Irlanda, países que llevan tiempo reclamando una voz de la UE más contundente en un conflicto para el que reclaman un alto el fuego inmediato. Estas voces se han apresurado a manifestar el respeto absoluto al TPI, a su trabajo y decisiones.

En el otro bloque, liderado por los países que más han defendido la acción de Israel en respuesta al ataque de Hamás, pese al alto coste en vidas civiles humanas en Gaza, las críticas se han centrado sobre todo en la decisión de la Fiscalía del TPI de equiparar a líderes de Hamás con Israel a la hora de solicitar las órdenes internacionales de arresto. En esa línea se ha pronunciado el primer ministro polaco, Donald Tusk. “Tratar de presentar como iguales al primer ministro de Israel y a los líderes de una organización terrorista e involucrar en ello a instituciones internacionales es inaceptable”, ha asegurado.

En defensa del tribunal

Bélgica ha sido uno de los países que con más firmeza ha respaldado al tribunal de La Haya. “Los crímenes cometidos en Gaza deben ser juzgados al más alto nivel, independientemente de quiénes sean sus perpetradores” y el paso dado por el fiscal Khan, solicitando órdenes de arresto para altos responsables de Hamás y de Israel, “es un paso importante en la investigación de la situación en Palestina”, subrayó en un comunicado la ministra de Exteriores, Hadja Lahbib. Bélgica, agregó, “seguirá apoyando el trabajo esencial de la justicia internacional para garantizar que los responsables de todos los crímenes responden por ellos”.

También el Gobierno de España, en un escueto mensaje en la red social X, ha subrayado “su compromiso con la Corte [Tribunal] Penal Internacional y con su independencia e imparcialidad”. El Ministerio de Asuntos Exteriores español ha reclamado el respeto a la labor del tribunal de La Haya: “Su crucial labor debe desarrollarse libremente y sin interferencias”, ha subrayado.

De forma muy similar se ha pronunciado el ministro de Exteriores de Irlanda, Michéal Martin: “Es vital que respetemos la independencia e imparcialidad del TPI”, dijo en X, a la vez que condenó las “recientes amenazas” al tribunal y miembros de su equipo. “Su papel para acabar con la impunidad es esencial”, subrayó.

Francia también ha sido contundente a la hora de manifestar su apoyo a la “independencia” del TPI y “la lucha contra la impunidad en todas las situaciones”. En línea con otros países, ha recordado que todavía está por saberse si el tribunal de La Haya acaba emitiendo dichas órdenes. Y ha puntualizado, en una clara referencia a Israel, que “Francia lleva muchos meses alertando de la importancia del respeto estricto del derecho humanitario internacional y, especialmente, sobre el carácter inaceptable de la pérdida de vidas civiles en la franja de Gaza, así como de un acceso humanitario insuficiente”.

El bloque crítico

Los países que tradicionalmente apoyan a Israel se han apresurado a criticar sobre todo el hecho de que la fiscalía del TPI ponga al mismo nivel a Hamás e Israel. En el extremo, como es habitual, se ha situado el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ha calificado de “absurda y vergonzosa” la decisión del fiscal del TPI de pedir procesar a Netanyahu.

Más comedidos, pero no menos críticos, se han pronunciado los máximos representantes de Austria o República Checa. “Respetamos totalmente la independencia del TPI, pero resulta incomprensible que el líder de la organización terrorista Hamás, cuya meta declarada es la extinción del Estado de Israel, sea mencionado al mismo tiempo que representantes democráticamente electos de ese mismo”, ha dicho el canciller austriaco, Karl Nehammer. Una comparación, ha coincidido el checo Petr Fiala, “terrible y completamente inaceptable”.

En un tono comedido, pero dejando claro que no considera equiparables los crímenes de Hamás con las presuntas violaciones de derechos de los responsables israelíes, el Ministerio de Exteriores de Alemania ha insistido también en su “respeto a la independencia y procesos” del TPI, pero ha cuestionado la equiparación de Hamás con un “Estado de derecho como Israel”.

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