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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

A vueltas con la amnistía militar

ANTE LA Mesa del Congreso de los Diputados, y firmada por todos los grupos parlamentarios, a excepción de la Coalición Democrática que lidera Manuel Fraga se ha presentado una proposición de ley que propugna ampliar la amnistía de octubre de 1977, con todas sus consecuencias, a los militares profesionales que entonces fueron perjudicialmente discriminados por la ley 46/1977.Las reacciones detectadas a esa proposición de ley en el seno de las Fuerzas Armadas, incluso en la Junta de Jefes de Estado Mayor, primer eslabón de la cadena de mando militar, los edito riales de alguna publicación castrense, las declaraciones del ministro de la Defensa, y los pronunciamientos que acogen estos días los medios informativos, configuran las dimensiones de una polémica en la que algunos observadores atisban el fulminante de un conflicto institucional, al que atribuyen caracteres de test sobre la autenticidad de nuestro sistema democrático.

La ampliación de la amnistía afecta a los militares que siguieron la carrera de las armas en el campo republicano y a los oficiales separados del servicio por su pertenencia a la autodisuelta Unión Militar Democrática. Los parlamentarios, con su proposición, pretenden sacar las consecuencias del principio de no discriminación consagrado en la Constitución, del que hubieron de desviarse circunstancialmente al redactar la ley 46/1977, en octubre de aquel año, para evitar mayores tensiones. Así nació un compromiso pendiente cuyo rastro puede seguirse en el diario de sesiones del Congreso y del Senado.

Los antecedentes inmediatos de la actual proposición de ley surgen en el mes de abril y precisamente impulsados por el grupo parlamentario de Unión de Centro Democrático, alguno de cuyos diputados, como Joaquín Satrústegui o Fernando Alvarez de Miranda, habían aceptado en su día la defensa de los procesados de la UMD. En esa fase inicial, el propio Manuel Fraga se mostró receptivo a estudiar la propuesta, pero su actitud final acabó muy condicionada por los resultados del debate político donde se presentó la moción de censura y por los términos de la sentencia dictada en favor de los implicados en la operación Galaxia.

Ninguna objeción fundamental se advirte al intento de reparar el trato perjudicial reservado hasta ahora a quienes como militares profesionales mantuvieron lealtad al Gobierno de la República, prestando con ello un elevadísimo tributo de sangre. Para Antonio « Alonso Baño así lo prueba el hecho de que Franco hiciera fusilar a los dieciséis generales que no pudieron abandonar a tiempo el territorio que él controlaba.

Todas las susceptibilidades y tensiones parecen aflorar en cambio frente a la reincorporación de los oficiales de la autodisuelta UMD, que apenas sobrepasan la media docena. La sedicente línea argumental del rechazo quiere hacer abstracción de la actitud democrática de los úmedos y fijarse tan sólo en su intento de formar dentro de las filas de las Fuerzas Armadas una asociación clandestina. A estos nuevos puristas les bastaría con mirar entre sus colegas de cierta edad para encontrar antiguos afiliados a la Unión Militar Española, lo que no ha sido obstáculo para la brillantez de sus carreras profesionales.

Además, el ideario y las actividades, siempre pacíficas, de la Unión Militar Democrática tienen ya el refrendo constitucional. Son los conceptos de la UMD sobre el papel de las Fuerzas Armadas en una sociedad democrática los que impregnan la nueva redacción de las Reales Ordenanzas. No cabe, pues, reincidir en ese comportamiento clásico del poder autocrático que, aun cuando se vea precisado a conceder lo que con justicia se le reclama, no deja al menos de represaliar a los peticionarios. Estamos ante un acto de justicia debida frente a la que no pueden prosperar tibios intentos de terceras vías o equilibrios. A los oficiales discriminados en octubre de 1977 se les debe esta reparación. Y si es preciso hacerla dentro del respeto debido a las Fuerzas Armadas y con el tacto político que el tema requiere, es necesario comprender que cuanto más se aplace la solución del caso mas se enconarán los ánimos y se enturbiará el problema.

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