Marcial Suárez, premio Lope de Vega de Teatro por su obra "Dios está lejos"
"En esta pieza realista estudió las relaciones de unos seres marginados"
El novelista y dramaturgo Marcial Suárez obtuvo ayer el Premio Lope de Vega de teatro por su obra Dios está lejos. El Lope de Vega, uno de los premios de mayor prestigio, está patrocinado por el Ayuntamiento de Madrid y tiene una dotación económica de medio millón de pesetas, con la obligación, expresada en sus bases, de que se estrene en el teatro Español. El accésit, de 100.000 pesetas, correspondió a la obra Querido amigo, de Juan Guass Vidal.
Marcial Suárez, residente en Madrid, conoció ayer la noticia en El Espinar (Segovia), donde pasa unos días de descanso. Resultó una agradable sorpresa, ya que desconocía la fecha del fallo del premio, cuya concesión habitual, el 14 de mayo, coincidiendo con las fiestas de San Isidro, fue este año retrasada. En la presente edición han concurrido 109 obras originales. El Ayuntamiento de Madrid no facilitó información oficial sobre el premio, que se conoció a través de Efe.«El título de Dios está lejos», declaró a EL PAIS Marcial Suárez, «pertenece a un verso de Machado. En esta obra, como en el resto de mi teatro, trato de aportar alguna posibilidad de entendimiento a la situación de los hombres y las mujeres en el mundo. Es también un intento de explicarme. Un actor francés decía que el hombre, al estar condenado a explicarse el misterio de sí mismo, inventó el teatro. En la obra estudio las relaciones de unos seres marginados. Es una pieza realista, ya que siempre me ha interesado el realismo. El realismo viene desde Esquilo, lo que significa que se habla de realismo o de nada».
En ocasiones anteriores, el dramaturgo galardonado, que también tiene el premio Calderón, había sido accésit del Lope de Vega. Marcial Suárez admite la posibilidad de eficacia de los premios y se siente satisfecho de haber obtenido el Lope de Vega, pero prefiere destacar la actual situación de crisis del teatro español. «Se tiene que hacer más que los premios personales. El teatro requiere nuevos enfoques. Me parece que el teatro en España y su desarrollo peca de una serie de vicios, que ahora y por teléfono sería largo de explicar. Se dice, y lo admitimos, que el teatro es un hecho cultural, pero de repente se nos convierte en un negocio mercantil».
En 1966, estrenó su primera obra, Las monedas de Heliogábalo, en el teatro Beatriz, de Madrid, bajo la dirección de Modesto Higueras. La obra tuvo acogida, pero el autor no volvió a los escenarios. Han pasado quince años para que el nombre de Marcial Suárez se uniera a alguna actividad teatral, aparte de sus trabajos de adaptaciones y versiones en radio y televisión. Ayer comentó, con ironía, que a este paso, durante 150 años, podría estrenar diez obras.
Natural de Allariz (Orense), donde nació en 1918, Marcial Suárez es licenciado en derecho. Durante catorce años ha sido redactor de Radio Madrid, y desde 1964 es redactor jefe de una editorial. En 1976-1977 fue elegido presidente de la Asociación Profesional Española de Traductores e Intérpretes (APETI). Su obra literaria, que se concreta en las novelas La llaga (1948), Calle de Echegaray (1950) y los cuentos en gallego El acomodador, se puede enmarcar en el movimiento del socialrealismo. En su teatro, quizá más ideológico, Las monedas de Heliogábalo presentaba una crítica del personalismo autoritario. Es autor también de obras infantiles, como Pañolín Rompenubes (1952), y Nuevas aventuras de Pañolín Rompenubes.
El jurado estuvo formado por Enrique Moral, presidente; Guillermo Marín, Irene Gutiérrez Caba, José Luis Alonso, Pablo Corbalán y Carlos Muñiz, como vocales.
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