Bolivia, totalmente aislada del exterior mientras se consolida el golpe militar

El comandante en jefe del Ejército de Bolivia, general Luis García Meza, prestó juramento ayer por la tarde como nuevo presidente del país. El juramento le fue tomado por el comandante general de la Aviación, Waldo Bernal, en la sede del Estado Mayor de las fuerzas armadas bolivianas. García Meza juró hacer cumplir los postulados del nuevo Gobierno, denominado de «reconstrucción nacional». Mientras, Bolivia se encuentra totalmente aislada del exterior, en tanto que en el interior del país el cese de actividades es total y se han producido actos de resistencia civil contra las nuevas autoridades, especialmente en los distritos mineros.

La cadena de radio autodenominada «nacionalista», que engloba todas las emisoras de radio, difundió ayer una grabación de la presidenta Lidia Gueller, en la que anuncia la entrega del poder a las fuerzas armadas.Con la voz profundamente cansada y con signos de fatiga física, Lidia Gueiler dijo: «Me veo en la penosa obligación de dejar el mando de la nación a las fuerzas armadas, para evitar inútiles enfrentamientos y dolorosos días a la nación». También expresó su profunda amargura por no haber obtenido el eco necesario que hiciera posible la continuación del proceso democrático.

El paradero de la presidenta no es conocido. Según versiones llegadas a los países vecinos de Bolivia, Lidia Gueiler podría haber buscado refugio en alguna embajada en La Paz. Otras versiones señalan que la presidenta estaría a punto de ser trasladada a Santiago de Chile, donde vive una hija suya.

Desapariciones

La ausencia de directas desde La Paz, las comunicaciones con el exterior están prácticamente bloqueadas por «razones técnicas», hace difícil corrobar la situación exacta en que se encuentra el país veinticuatro horas después del golpe militar. Distintas versiones coinciden en que el máximo líder sindical boliviano Juan Lechín, ha sido secuestrado por fuerzas paramilitares, al igual que Marcelo Quiroga Santa Cruz dirigente del Partido Socialista 1.

Según informaciones llegadas a la colonia boliviana en Chile grupos civiles armados favorables al golpe patrullan las calles de varias ciudades bolivianas y que se registra un importante número de desaparecidos. La agencia venezolana de noticias Incluye entre éstos al ministro de Información, Oscar Peña, que fue golpeado el jueves en el momento de la ocupación del palacio presidencial en La Paz.

Las autoridades militares, que han impuesto el toque de queda, han ordenado la suspensión de todo tipo de actividades laborales y comerciales, en un esfuerzo por neutralizar la resistencia civil al golpe y el llamamiento a la huelga general lanzado por la Central Obrera Boliviana y las organizaciones políticas democráticas.

Llamamiento de los mineros

La principal resistencia al golpe está radicada en los distritos mineros, Oruro, Catavi, Siglo XX y Telamaya, donde las emisoras locales difunden llamamientos a la huelga general contra la sublevación militar.

Por otro lado, cerca de 4.000 campesinos armados, opuestos a los militares, han cortado la carretera entre Cochabamba, principal ciudad del Sureste, Y La Paz, según anunciaron transportistas. Según ellos, más de cuatrocientos camiones se encontrarían bloqueados en las montañas.

En la capital, las organizaciones obreras y las de empleados de comercio, incluidas las del sector vital de la alimentación, han hecho un llamamiento para una manifestación contra el golpe, en el momento en que se levante el toque de queda.

Residentes en La Paz declararon por teléfono a emisoras colombianas que hacia el atardecer grupos de francotiradores disparaban en cada momento contra las tropas del Ejército que montan guardia y vigilancia en La Paz.

Las principales ciudades bolivianas amanecieron ayer bajo estrictas medidas de seguridad militar, mientras las calles están desiertas. En La Paz, los puntos claves están bajo fuerte vigilancia. Además de la sede de la Central Obrera Boliviana, asaltada el jueves por grupos paramilitares que dieron muerte a dos dirigentes sindicales mineros y secuestraron a Lechín, fue ocupada militarmente la Universidad de La Paz, poco después de que grupos de estudiantes levantaran barricadas alrededor del edificio central.