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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Orgía sosa

Una de las palabras más torvas del vocabulario actual es pornografía: por cómo se ha usado -y quiénes la han usado- para la persecución, represión y acusación de algunas libertades y derechos. Aparte de la imprecisión de su contenido: depende de quién juzgue, del contexto, de la situación... De La Philosophie dans le boudoir dijeron algunos críticos que fue la única obra verdaderamente pornográfica del marqués de Sade, y el criterio que se aplicó fue el de también fue la única que escribió para ganar dinero. Lo cual, por cierto, no consiguió, y sí en cambio, persecuciones de ioda índole.Sade cuenta la historia de Eugenia: una adolescente decidida a conocer todo el fondo -y la práctica- de la corrupción en una tarde-, y lo consigue. Carlos Borsani y Carlos di Paola -argentinos- han intentado trasladar al teatro acción y filosofía. Actrices y actores, a pesar de su coraje personal, están retenidos por una especie de pudor. Todo el catálogo de actos sexuales que representan -coito natural, fellatio, cunnilingus, sodomía...- es, naturalmente, una simulación. Pero insisten en que se advierta que es una simulación, en que se advierta claramente que ellos no están en la ardiente tarea que fingen.

La escuela del amor

Sade en el boudoir. del marqués de Sade, versión GAD. Intérpretes: Verónica Arechavaleta, José Ferreiros, Juan Fierro, Pepe Requenal Rosa Suances, Alicia Sotomayor, Tereska Woroniecka, Carlos Borsani, Carlos Paola, Ramón Riveres, Juanio Mondéjar, Carlos Anchorena, Paloma Chamorro, María Vaner, Tino Azores, Manuel Villena. Dirección de Carlos Borsani y Carlos di Paola. Estreno: Teatro Martín, 17- VII-1980.

Los grititos de placer están emitidos para demostrarnos que en realidad tal placer no existe, sino que probablemente pudo existir en la escena que representan si ésta ocurrió realmente. Las exclamaciones de admiración ante lo que se dice que son descomunales falos, no corresponde a la honesta flacidez del aterrorizado objeto en cuestión. Las descripciones textuales -la enseñanza teórica de Eugenia- se dicen como si fueran recetas de cocina, y aun una lectura de recetas de cocina puede tener siempre la emoción de la gula. Digamos que como frías fórmulas matemáticas.

Las frases del pensamiento de Sade que se intercalan aparecen como aburridas lecciones de colegio, aunque fuese de un colegio que hubiera leído el Libro rojo. Si el erotismo es aproximación, aquí to do es distanciamiento. Una orgía sosa y aburrida.

¿Es pornografía? Repito mi aversión por la palabra y por su uso. Si me atengo a la definición corriente, que se refiere a aquello realizado para excitar morbosa mente la sexualidad, no creo.que pueda ser aplicable a este caso, aunque esta es una apreciación subjetiva: no ignoro que hay personas que sienten esa excitación sólo con ver el paso contoneante de una gallina en un corral.

Y, pensándolo bien, quizá la gallina sea mucho más excitante -sobre todo, las de Guinea- que lo que se ve en el escenario.

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