Advertencia soviética ante un hipotético triunfo de Reagan

La agencia soviética Tass advirtió ayer al Partido Republicano de Ronald Reagan contra toda eventual veleidad «de Estados Unidos y de la OTAN de romper el equilibrio estratégico en el mundo ».En un despacho fechado en Detroit, donde se viene celebrando desde el pasado lunes la convención republicana, la agencia establece un paralelismo entre la Administración americana y el Partido Republicano, cuya plataforma electoral se basa «sobre la peligrosa aspiración de lograr, a cualquier precio, una superioridad militar sobre la URSS». Según Tass, el programa republicano «rechaza los acuerdos SALT II y pretende relacionar el proceso de control armamentístico con circunstancias que no tienen ninguna relación con el tema».

Tass afirma también que los republicanos «justifican esta línea programática por referencias extraídas de la inexistente amenaza soviética», y desnaturalizan «el carácter pacífico de la política exterior soviética». La agencia critica «la intención abiertamente manifestada en el programa de injerirse sin medida en los asuntos internos de la URSS y de otros países socialistas, y de reforzar la acción subversiva contra ellos».

«La URSS dispone de un potencial económico y militar suficiente para impedir que Estados Unidos y el bloque de la OTAN rompan el equilibrio estratégico establecido en el mundo», concluye Tass.

Algunas matizaciones

Sin embargo, otro medio de información soviético deja traslucir la impresión de que la URSS preferiría el triunfo de Reagan antes que tener que vérselas durante otros cuatro años con el presidente Carter.«No importa que nuevos personajes lleguen al poder», es la opinión que el enviado especial de la Literaturnaya Gazeta atribuye al elector americano. Al escribir esto el periodista soviético deja probablemente adivinar la opinión del Kremlin.

El programa de Reagan es «extremadamente reaccionario y manifiestamente belicoso», dice el periodista, aunque no cierra totalmente la puerta a la esperanza. «Su programa de reforzamiento del poderío militar de Estados Unidos», escribe, «no significa en modo alguno que rechacé establecer con la URSS conversaciones de las que dependen la paz mundial y la seguridad de los pueblos».