El hermano de Carter, Billy, trabaja para los libios

Billy Carter, hermano del presidente de EE UU, admitió el lunes pasado ser agente del Gobierno libio y reconoció haber recibido más de 220.000 dólares, en concepto de pago a servicios prestados, por parte de Libia. El conocimiento de las actividades del hermano del presidente, noticia que ha caído como una bomba en el actual momento político norteamericano, es una baza que va a ser inmediatamente explotada por la convención del Partido Republicano.Una ley federal, aplicable en determinadas circunstancias, obliga a las personas o entidades que mantienen relaciones con países extranjeros a informar a las autoridades. Un portavoz del Departamento de Justicia declaró que Billy Carter había violado esa ley, pues había actuado como tal agente desde septiembre de 1978. Al efectuar su inscripción, Carter declaró que estaba encargado de una «campana de propaganda» sobre los objetivos de la política exterior libia y que había viajado al país africano en septiembre-octubre de 1978 y en septiembre de 1979.

El senador republicano William Roth, miembro del comité del Senado para los asuntos gubernamentales, declaró en Detroit que cuando vuelva a Washington va a pedir al Senado «que estudie los hechos en profundidad y determine si Billy Carter ha podido tener alguna influencia sobre la política gubernamental. La noticia», ha concluido, «es absolutamente escandalosa».

El senador Richard Lugar se mostró sorprendido por las actividades de Billy Carter. «No se trata de un asunto privado. Cuando se es presidente de Estados, Unidos», ha señalado, «se pide al hermano que no se mezcle en asuntos de política internacional».

El representante Jack Kemp, uno de los aspirantes a la vicepresidencia con Reagan, empleó igualmente el término «escandaloso» para calificar la inscripción del hermano del presidente. «Es escandaloso», dijo, «que el propio hermano del presidente ande mezclado en negocios de este tipo, y además, con un país que protege el terrorismo».

Como se sabe, Libia es miembro del Frente de Firmeza, integrado por los países árabes que pretenden imponer una línea dura en la crisis de Oriente Próximo. Libia, que el año pasado fue: acusada por el Departamento de Estado de apoyar al terrorismo, ha hecho frecuentes llamadas a la destrucción de «la entidad sionista de Israel» y ha pedido que se adopten fuertes medidas contra Egipto por su política pactista frente a Israel.

Los observadores, que estiman que este asunto no ha hecho más que comenzar, destacan que llega en el momento justo -la apertura de la convención republicana- para proveer de nuevos argumentos a los adversarios del Gobierno demócrata de Jimmy Carter.

El presidente no sabia nada

El presidente Carter «no estaba al corriente de la entrega de fondos del Gobierno libio a su hermano», declaró un portavoz gubernamental.

Un miembro del entorno del presidente, que quiso mantener el anonimato, dijo, por su parte, que «Billy Carter no daba consejos al presidente sobre el modo de gobemar y que el presidente, a su vez, no le daba consejos sobre el modo de llevar sus asuntos».