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Comienza en Copenhague la Conferencia Mundial de la Mujer, organizada por la ONU

La Conferencia Mundial del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer se inauguró ayer en Copenhague con la presencia de Kurt Waldheim, secretario general de la ONU; la reina Margarita de Dinamarca; el primer ministro danés, Anker Joergensen, y los delegados de los casi 150 países participantes. Durante la conferencia, que durará hasta el día 30 de este mes, se elaborarán programas de actuación en las tres áreas elegidas principalmente para esta reunión mundial: educación -dos de cada tres analfabetos del mundo son mujeres-, lucha contra la enfermedad y mejora de las condiciones sanitarias, y mejora del acceso a los empleos.

Al mismo tiempo, hasta el día 24, se celebrará el foro, una «conferencia paralela» no oficial en la que se han inscrito más de 2.000 mujeres. Este foro, en el que no hay límite de inscripción, no tomará posiciones ni adoptará resoluciones. Según los organizadores, en el foro, que se celebrará en el centro universitario de Amager, a pocos kilómetros del Bella Center, sede de la conferencia oficial, se han inscrito pocos hombres. La conferencia paralela, jornada por organizaciones no gubernamentales, contaba, en el momento de su apertura, con la presencia de 32 países. Los temas tratados por ella serán, entre otros, empleo, salud, enseñanza, desarrollo, racismo, sexismo, igualdad, paz, familia, mujeres refugiadas y trabajadoras migrantes. La ONU y el Gobierno danés han habilitado un local para ayudar al intercambio de experiencias entre los participantes en ambas reuniones.La víspera de la apertura de la conferencia auspiciada por la ONU, la ministra de Cultura danesa, Lise Ostergaard, informó de que el número de países signatarios de la convención que prohíbe todas las formas de discriminación contra la mujer pasó en pocos días de ocho a doce. La convención de la ONU necesita un mínimo de veinte países signatarios para ser efectiva. Hasta el momento la han firmado Cuba, Suecia, Guinea, Portugal, Angola, Polonia, Bolivia, Hungría, Honduras, República Democrática Alemana, Panamá y Etiopía. España decidió adherirse hace unas semanas. Dinamarca y Francia podrían ser futuros signatarios, según fuentes próximas a la conferencia.

En el acto de apertura de la conferencia mundial de las mujeres el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, afirmó que la mejora de la condición femenina pasa por los tres objetivos esenciales elegidos para el decenio 1975-1985 por las Naciones Unidas: igualdad, desarrollo y paz. «Sin la paz», dijo, «es imposible llegar de forma duradera a una igualdad real o a un desarrollo auténtico». Waldheim expresó su inquietud ante el recrudecimiento de la tensión internacional y los resultados «muy limitados» del diálogo económico norte-sur y calificó la situación económica mundial de explosiva y preocupante.

El secretario general de la ONU valoró las adquisiciones de las mujeres desde la conferencia de México de 1975, especialmente la toma de conciencia por las mujeres también por los hombres del lugar que ellas ocupan en la sociedad y las modificaciones de numesosas legislaciones nacionales hacia una mayor igualdad. Tras su discurso, Waldheim recibió a una delegación de las Mujeres Nórdicas por la Paz, que le entregaron una petición firmada por medio millón de personas de cuatro países escandinavos en la que piden a las grandes potencias que abandonen la carrera de armamentos.

La presencia de Laila Jaled

Los observadores presentes en la conferencia mundial de las mujeres opinaban días atrás que la situación de las mujeres palestinas sería uno de los puntos más espinosos de las reuniones, a juzgar por los altercados producidos en las últimas jornadas entre partidarios de los puntos de vista israelí y árabe. La presencia ayer en la conferencia de Laila Jaled al frente de la delegación de la Organización para la Liberación de Palestina, desató lo que la agencia Efe calificó de «pequeña tormenta política».Laila Jaled secuestró, en 1969, un avión de la compañía norteamericana TWA y fue obligada a aterrizar en Damasco, donde hizo volar la cabina con una granada de mano. En 1970, Jaled participó en otro secuestro, el de un aparato de la compañía aérea El-Al. Los agentes de seguridad israelíes mataron entonces a su cómplice y ella fue entregada a las autoridades británicas, aunque luego fue liberada tras las amenazas de represalias contra cuatro aviones americanos secuestrados. La visita de Laila Jaled provocó una protesta del diputado del Partido del Progreso Kristen Poulsgaard: «Dinamarca», dijo, «se ha devanado los sesos tratando de encontrar el modo de luchar contra los terroristas; por eso encuentro inaceptable que se permita participar en esta conferencia a una de las más conocidas». La ministra de Cultura respondió que las invitaciones a la conferencia las extendieron las Naciones Unidas y que Laila Jaled obtuvo su visado «del modo habitual», a través de un consulado danés.

La jefa de la delegación palestina en la conferencia mundial de la mujer dijo el domingo: «Israel es nuestro enermigo; los israelíes han ocupado nuestro país por la violencia. Utilizaremos las armas para dirigirnos a ellos y la palabra con el resto del mundo».

Poco antes de la apertura oficial de la conferencia Jehanne Sadat, esposa del jefe del Estado egipcio, dijo a la Prensa que «se alegraría de encontrar a Laila Jaled, lo cual», añadió, «no significa que yo suscriba todas las opiniones expresadas por la OLP sobre el problema palestino». Según la señora Sadat, que encabeza la delegación egipcia, Israel «debe existir, pero los palestinos son una realidad y tienen también derecho a su tierra».

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