Nos afecta a todos

(...) El ingreso de España en la OTAN es, pues, un asunto controvertible dentro y fuera del país, ya que comparten el criterio de Moscú los partidos PSOE y PCE, contra UCD y otros. Esto quiere decir que si vamos a la OTAN será divididos en torno a un tema de trascendencia, puesto que se trata de nuestra seguridad en un mundo también dividido y armado, no es en absoluto deseable.Parece, pues, aconsejable que la adhesión a la OTAN vaya refrendada por la máxima autoridad de que pueda revestirse nuestro Gobierno, y lo previsto para casos semejantes es la celebración de un referéndum consultivo, de acuerdo con el artículo 92 de la Constitución.

Según ha declarado el señor Rupérez, ésa no es la intención del Gobierno. La intención del Gobierno es la de darle a este asunto un tratamiento de ley orgánica. Dada la composición del Parlamento, no serían de prever dificultades para obtener una votación suficiente. Pero no es esa la cuestión. Una cosa es pasarle el paquete al Parlamento y otra someterla directamente al cuerpo electoral con toda la información necesaria.

No nos ha parecido afortunado el argumento según el cual la celebración de un referéndum consultivo introduciría un factor de tensión en el país. Probablemente, el país agradecería esa clase de tensión, como agradeció el gran debate sobre la moción de censura. Y si acaso, una tensión rnenos deseable podría introducir la sustracción de tan importante asunto una activa particípación popular.

Es bien sabido, finalmente, que cuando una materia internacional es controvertible, como el caso que nos ocupa. un referéndum suele cerrarle la boca incluso a los más recalcitrantes, pues ya no es sólo a un Gobierno al que se tiene como interlocutor, sino a la opinión pública nacional manifiesta. Merecería la pena intentarlo, aunque sólo fuese para convencer a la URSS de que la supuesta vocación atlantista de España no es mero invento de un partido político.

14 de julio