El "caso San Bao"

Aunque resulta difícil, aquí y ahora, sorprenderse por algo que pase, lo cierto es que la aparición pública, después de dos meses de figurar entre las personas más buscadas por la policía, de Pedro Pablo Peña, dueño de la pistola con la que fue asesinado, en el bar San Bao, el joven Juan Carlos García, no deja de resultar extraña.Lo más curioso, o sorprendente, del tema es que eljuez, al que se ha presentado después de este tiempo, le haya dejado libre y fuera de toda culpa. Grandes sectores de la opiniórr pública se extrañan de tal contradicción. Por un lado, desde el Ministerio del Interior se señala a Peña como presunto culpable, nada menos que de un asesinato, en tanto que, por otra parte, el juez le pone en libertad provisional después de presentarse ante él voluntariamente.

En este caso concreto ha pasado algo similar a lo que ocurriera en torno a la investigación del asesinato de otra joven, Yolanda González, con el ex jefe de seguridad de Fuerza Nueva Martínez Loza. El desarrollo de los hechos fue el mismo. El Ministerio del Interior, que le señala como culpable; el presunto culpable, por inducción entonces, que se presenta al juez, y éste, que le pone en libertad.

Resulta claro, en vista de lo dicho, que aquí algo es contradictorio, porque es muy grave que a un señor se le considere implicado en un asesinato, que se diga que se le está buscando y que éste haga su vida normal, en su casa y con sus amigos, porque, desde luego, la policía tiene, o debe tener, en estos casos una serie de datos que apoyen las acusaciones o presunciones que hace, y, desde luego, un asesinato es algo muy serio -lo cometa quien lo cometa- como para que se juegue de esta manera con la opinión pública, que tiene derecho a saber quién lo ha cometido. La punición de estos casos, naturalmente, no es incumbencia del editorialista.

11 de julio