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LA LIDIA

¿Son machistas los "sanfermines"?

La concejala Elisa Chacártegui ha asegurado que los sanfermines son machistas. Para Elisa, que, siendo de UCD, no es del sector del burguista crítico, sino todo lo contrario, el Ayuntamiento de Pamplona también es machista, como lo prueba el hecho de que de las once tenencias de alcaldia, sólo una la ocupa una mujer. Pero lo cierto es que hoy otra concejala, Maruja Oyaga, presidirá, por primera vez en la historia de San Fermín, la corrida de toros.Machistas o no, los sanfermines han sido hasta hace muy poco tiempo, un coto cerrado para hombres. En varias peñas de mozos, las féminas no sólo no podían ser socias, sino que incluso no se les permitía la entrada al local social. En el encierro, las mujeres no tienen derecho a correr, de la misma manera que se ven pocas mujere s en los tendidos de sol durante las corridas. Y sin embargo, es un hecho constatable que cada año se nota más la presencia del denominado sexo débil en los sanfermines. El ayuntamiento, machista o no, ha dado un primer paso: Maruja Oyaga preside hoy la corrida, y es muy posible que el año próximo Elisa Chacártegui prenda fuego al chupinazo del día 6. A ver si de esta forma las cinco concejalas del ayuntamiento, que pertenecen a UCD, PSOE, HB y UPN, contribuyen a eliminar el inmenso machismo que ha habido hasta ahora en los sanfermines.

Los que no son machistas, pero fueron muchísimos, son los componentes del Estruendo de Iruña, una peña sin subvención, que cada año sale a las cero horas del día 11, desde Casa Marceliano, después de escuchar el agur jaunak, interpretado al txistu. El estruendo de Iruña es la auténtica obsesión de los vecinos del casco viejo de Pamplona, porque el día que salen a la calle el estruendo que se organiza es de los de época. Los del Estruendo de Iruña sólo llevan percusión: todo tipo de bombos, tambores, chundas y cualquier material que pueda meter ruido, acompanados discretamente por txistularis, y durante cuatro o cinco horas recorren el casco viejo de la capital navarra dando la murga y seguidos por centenares de admiradores de su peculiar estilo musical. Es todo un espectáculo.

El encierro de ayer, con toros de Aguirre Ibarra, fue lento, pero seguro. Un toro se cayó al comienzo del recorrido y fue rezagado hasta entrar en la plaza, pero sin causar problemas. Hubo muchas caídas a causa de lo resbaladizo del suelo, porque, aunque parezca imposible, está haciendo un tiempo casi de invierno en estos sanfermines. Hasta tal punto la cuestión climatológica es obsesiva, que en la corrida del jueves, cuando el sol salió tímidamente unos dos minutos, el personal no paró de gritar: «El sol es cojonudo, como el sol no hay ninguno». Sol, lo que se dice sol, no hay, pero el ambiente continúa a tope.

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