Sa Carneiro niega el "parón" francés a la adhesión portuguesa a la CEE

La adhesión de Portugal a la Comunidad Económica Europea «se efectuará en 1983, como estaba previsto», afirmó ayer, en esta capital, el primer ministro portugues, Francisco Sa Carneiro, tras su jornada de conversaciones con el presidente de la República, Valéry Giscard d'Estaing, y con su homólogo galo, Raymond Barre. Sa Carneiro, al final de su visita a París, que se inscribe en la gira que ha realizado por otras capitales europeas, se mostró «muy contento de la posición francesa respecto a la entrada de Portugal en la CEE». Este tema fue el eje de sus conver saciones y, según sus declaraciones posteriores, todo indicaría que el discurso del presidente francés, el pasado día 5 de junio, referente a un parón de las negociaciones entre la Comunidad por un lado, y por el otro, España y Portugal, fue una mala pesadilla.

Las negociaciones, dijo Sa Carneiro, seguirán como se ha convenido. La adhesión portuguesa tiene interés para todos en todos los aspectos: económico, estratégico, político y militar. «Giscard no ha hablado de pausa ni de frenazo, sino que ha dicho únicamente que había necesidad de claridad», y por ello acentuó los problemas financieros y agrícolas de la CEE. Para resumir su satisfacción, el pri mer ministro lisboeta aseguró que «hoy, tras estas conversaciones, Portugal se siente menos aislado que nuncit».

La única penumbra sobre esa brillante situación de la adhesión portuguesa quizá pudiera esconderse tras una frase del primer ministro portugués: «Hoy por hoy», dijo, «no hay dificultades. En el futuro no se sabe lo que puede ocurrir; pero, en todo caso, tampoco son previsibles».

Por otra parte, a la vista de las necesidades electorales del primer ministro luso (comicios legislativos en septiembre próximo, también se estima aquí que el presidente francés habrá tenido en cuenta este detalle durante el almuerzo que celebró ayer con su huésped. Sa Carneiro aseguró que en. sus entre vistas con los franceses sólo se había mencionado el nombre de España en el marco de la ampliación de la Comunidad. Dijo igualmente que él, como las autoridades galas, pensaba que las negociaciones de España y Portugal con la CEE deben conducirse separada mente, porque cada caso ofrece especificidades propias.