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La Iglesia católica desautoriza la prolongación artificial de la vida

La iglesia católca reconoció ayer el derecho a «morir serena y dignamente» y condenó las corrientes médicas tecnicistas de prolongación «abusiva» de la vida por medios artificiales, aunque se ratificó en su condena de la eutanasia, en tanto se entienda ésta como «procurarse o hacerse procurar la muerte».En un documento redactado por la Congregación para la doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) se aprueba igualrn ente la utilización de analgésicos contra una muerte de dolores «atroces e inhumanos» contando con los riesgos que ello implique, tales como la pérdida total de consciencia, desautorizando una opinión anterior de Pío XII.

El texto oficial católíco afirma que la supresión de medios artificiales para la prolongación de la vida no equivale al suicidio, sino a la « aceptación de la propia condición humana», evitando un dispositivo desproporcionado al objetivo y tratando de no imponer gastos.

La Congregación para la Doctrina de la Fe calificó el documento, solicitado por varias sedes episcopales, de liberal, y ratificó la opinión católica de que «nadie está autorizado para dictar la muerte de un ser humano inocente, sea feto, embrión, niño, adulto o anciano ».

El documento considera que ante una muerte «inevitable», juzgada como tal por el médico, el paciente tiene derecho a renunciar a un prolongación artificial de su existencia.

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