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Severa advertencia norteamericana a Vietnam tras la incursión en Tailandia

Estados Unidos lanzó ayer una severa advertencia a Vietnam contra los nuevos actos de agresión «que amenazan la seguridad y la integridad territorial de Tailandia». En una declaración publicada el miércoles en Washington por el Departamento de Estado, Edmund Muskie, secretario de Estado norteamericano, que actualmente se en cuentra en Ankara en la cumbre de la OTAN, pidió a la URSS -«cuyo apoyo hace posible» los ataques vietnamitas contra Tailandia- que use su influencia para poner fin al conflicto. Estados Unidos y Tailandia se hallan vinculados por el Pacto de Manila, rirmado en 1954, según el cual Washington puede socorrer al régimen de Bangkok si éste lo solicita.

Vietnam ha logrado en los tres últimos días modificar profundamente a su favor la situación militar en la región más sensible de la frontera camboyano-tailandesa, al norte de las ciudades fronterizas de Poípet y Aranyaprathet. Más de 10.000 soldados vietnamitas están todavía cerca de la frontera. Tailandia ha presentado protestas diplomáticas y ha amenazado con pedir la intervención, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas «si la situación lo exige».Mientras tanto, crece la preocupa ción por la suerte que han podido correr los refugiados camboyanos que vivían en la frontera camboyano-tailandesa, y que se han visto obligados a emprender un nuevo éxodo. Las organizaciones de socorro internacional andan buscando a más de 50.000 refugiados cuyo paradero se desconoce.

Por su parte, el Gobierno tailandés prohibió ayer por la maiíana todo tipo de exportación por vías aérea o marítima que tenga como destino Camboya. Esta represalia de Bangkok se produce como respuesta al ataque vietnamita y afectará gravemente a los camboyanos, quienes dependen en gran parte de la ayuda internacional que les llega desde Tailandia.

Los dos grandes campos de refugiados que se encuentran en el lado tailandés de la frontera se encuentran desiertos. Aprovechando la calma que reinaba en la zona ayer por la mañana, un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) realizó una visita de inspección a los escombros del Campo 204, que se encuentra a unos treinta kilómetros al norte de los pueblos fronterizos de Poipet y Aranyaprathet. Los funcionarios del CICR no han encontrado a nadie.

El número de refugiados perdidos, según algunas fuentes, podría elevarse hasta 150.000.

Según los observadores, el ataque sorpresa vietnamita ha dado la ventaja al Gobierno de Hanoi, que con sus tropas ha eliminado los campos de jemeres serei (camboyanos libres, antivietnamitas), que escapaban al control de Phnom Penh. Igualmente, las tropas vietnamitas han interrumpido la distribución de la ayuda internacional a las poblaciones que venían del interior de Camboya y ha puesto fin a la repatriación de los refugiados.

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Tres días después del comienzo de las operaciones, empiezan a conocerse, con cierta exactitud, los detalles del ataque vietnamita. Unos 10.000 soldados vietnamitas fueron conducidos en camiones, el sábado y domingo pasado, desde Battambang a Ban Nimitr, importante base vietnamita situada en la carretera nacional 5, entre Sisophon y Poipet. Inmediatamente después, fueron desplegados frente a la frontera unos 3.000 hombres.

Un batallón vietnamita compuesto por unos trescientos o quinientos soldados participó el lunes por la mañana en el ataque contra el pueblo tailandés de Mak Mun, situado a un kilómetro de la frontera. A algunos kilómetros al sur de Aranyaprathet, en Ban Non Sao E, una compañía de unos 130 hombres hizo una incursión en territorio tailandés.

Simultáneamente, la infantería y la artillería comenzaron a actuar contra los refugiados jemeres. Los soldados vietnamitas no llegaron a penetrar nada más que un par de kilómetros en territorio de Tailandia.

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