La OTAN es la clave de la revalorizada posición italiana ante Washington
El mundo político italiano, que sigue con gran interés la primera visita oficial a este país del presidente norteamericano, Jimmy Carter, ha dado mucho relieve a la frase de Brzezinski «Estados Unidos considera a Italia un baluarte importante de la OTÁN».Mientras a la puerta del Parlamento las juventudes comunistas, socialistas, los del movimiento de Trabajadores para el Socialismo y del partido de la nueva izquierda PDUP distribuían pasquines protestando por la prohibición de manifestaciones en Roma durante la visita de Carter, los comentaristas políticos ponían de relieve que es esta la primera vez que la visita de un presidente americano constituye en Italia un hecho «nuevo».
Se refieren estos expertos en política internacional al hecho de que Italia, que ha sido siempre bautizada como «colonia americana», «el búlgaro de la OTAN», «el partido americano», «la provincia del imperio», el país que siempre ha «obedecido callando» y que «siempre ha necesitado de Estados Unidos para seguir viviendo», por vez primera se halla en la situación privilegiada de sentirse cortejada por la gran madre América. Y esto porque, como escribe el director de Repubblica en su editorial de ayer, «por vez primera desde que existe la OTAN, Italia puede jugar un papel importante en la diplomacia americana. Por vez primera, Estados Unidos puede tener más necesidad de nosotros que nosotros de ellos».
Y es que, en realidad, ahora Italia no juega sólo como en el pasado un papel «de sola expresión política». A Estados Unidos puede interesarle apoyarse en Italia en el momento en que se está formando el polo franco-alemán, en el momento en que Italia no va a tener más remedio que escoger entre una fidelidad fundamental a América o a Europa. Como alguien ha escrito con ironía, ya no le va a ser posible a este país, tierra de la diplomacia, seguir rezando la clásica letanía que durante treinta años le ha permitido ser fiel a América sin traicionar su vocación europea, «simplemente porque Europa no existía políticamente.».
Y les será más difícil aún recitarla a los socialistas, sobre todo en el momento en que los comunistas han optado abiertamente, como símbolo de su evolución democrática, por la fidelidad incondicional a Europa. No se negaba ayer que Carter ha llegado a Italia en una visita considerada «sin problemas», porque espera que su mayor aliada se convertirá en su mejor embajadora a favor de la OTAN en los países que Churchill llamaba «el vientre blando de Europa», es decir, del Mediterráneo. Aquí ha sido interpretada, por ejemplo, la visita del ministro de Defensa italiano a Madrid como una tentativa de acelerar el ingreso de España en la OTAN.
Estados Unidos podría también comprometer a Italia en la campaña sutil de boicoteo a la inicativa reciente del canciller Schmidt. De hecho, mientras en el pasado el Gobierno italiano estuvo siempre al lado de Bonn, hoy, Cossiga se encuentra ya entre la espada y la pared.
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