_
_
_
_

Raymond Barre reitera la intención francesa de retrasar la ampliación de la CEE

El primer ministro francés, Raymond Barre reiteró ayer en la República Federal de Alemania, la posición de su presidente, Giscard d'Estaing, de retrasar la ampliación comunitaria. En una intervención ante hombres de la industria y el comercio alemanes, Barre expresó la idea de una Europa a varias velocidades. Por el contrario, el presidente italiano, Sandro Pertini, también reiteraba ayer ante el presidente norteamericano, Carter, que visita Roma, su decidido apoyo al ingreso español en la Comunidad.

En el transcurso de un congreso organizado por la Cámara de Comercio e Industria en Treveris, Barre pronunció una conferencia sobre el tema Porvenir de nuestra Comunidad, y se preguntó en ella si «no se podrían concebir varias organizaciones funcionariales como ya lo hemos hecho con el Sistema Monetario Europeo».En medios comunitarios de Bruselas se estima que el primer ministro francés ha sostenido implícitamente la idea expresada en la cumbre europea de Venecia por el canciller alemán Helmut Schmidt, según el cual sería necesario llegar a una base común no solamente de las contribuciones presupuestarias, sino también de los beneficios obtenidos por varios países miembros.

Según dijo Barre ante los industriales alemanes, no ha lugar a una negociación seria con los países aspirantes a la integración en tanto no se clarifiquen los problemas internos más fundamentales. El primer ministro francés dijo, literalmente: «España y Portugal deben ocupar algún día en la Comunidad el puesto que la historia les tiene asignado en la construcción de Europa. Este puesto es, en la opinión de Francia, un lugar central». Tras una alusión al Tratado de Roma, en virtud, del cual Francia desea la incorporación de los dos países aspirantes, Barre añadió: «Sin embargo, el sano juicio nos obliga a reconocer que no es posible negociar seriamente con España y Portugal en tanto no tengamos claro sobre qué hemos de negociar realmente».

El primer ministro francés propugnó también la aplicación de una nueva política agraria, «para salvación de las Comunidades Europeas», y calificó como «piedra angular» la cooperación francoalemana dentro de las Comunidades. «La Comunidad se encuentra en un momento de cambio», dijo Barre, «y justamente la RFA y Francia, que apadrinaron la Comunidad Europea, deben-afrontar conjuntamente la fase del cambio para evitar su disolución».

En cuanto a la idea francesa de una nueva agricultura, Barre consideró que ésta debe `ser rentable. «La agricultura comunitaria tal y como se concebía hace veinte años ha quedado plenamente anticuada. El problema permanente de los excedentes en determinados sectores es una prueba de que la producción agraria no ha logrado acomodarse sistemáticamente al desarrollo de la demanda».

Raymond Barre reitera en la RFA la postura giscardiana de retrasar la ampliación de la Comunidad Económica Europea

En este contexto, Barre cree que no puede separarse el futuro de la Comunidad que resulte de la ampliación a doce países -«que será necesariamente diferente a la actual»- de las perspectivas con que se enfrente la economía mundial.El primer ministro citó cuatro objetivos clave para el desarrollo comunitario: libertad de transacciones para los bienes de producción, estabilidad monetaria internacional, estrategia energética común y ayuda a los países subdesarrollados.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria, Otto Wolf von Amerongen, una personalidad cuyas opiniones suelen tener un gran peso en los medios oficiales, calificó la ampIiación comunitaria como «el reto más enérgico al que se ha enfrentado la Comunidad desde su fundación». Un reto al que los nueve países miembros deben enfrentarse «no sólo por intereses económicos sino también, y sobre todo, por intereses políticos». Wolf von Amerongen advirtió también contra el peligro de la claudicación de Europa ante esté reto: «Un desmontaje de lo ya conseguido significaría una seria pérdida para todos. Por ello, debemos continuar en el camino hacia la integración del Mercado Europeo, aunque éste sea dificultoso y aparezca lleno de espinas».

El presidente de la cámara señaló también, en relación con los problemas presupuestario!; que padece la Comunidad, que «un desarrollo con éxito requiere previamente una armonización de los objetivos económico-políticos y de las prioridades, así como un¡ acuerdo conjunto sobre la elección de los instrumentos más adecuados. Porque, si las grandes líneas económico-políticas no concuerdan, cada sector individual resulta demasiado débi. Nila reunión monetaria, ni la política agrari ni el sistema monetario europeo podrían desarrollar esta trascendental tarea».

El problema de la ampliación comunitaria ocupa, por otra parte, un lugar destacado estos días en la atención ¿le los medios de información. Así el semanario económico Wirtschaftswoche comenta en su número de ayer que «antes de las elecciones en la República Federal y en Francia no se moverá nada en Europa; los candidatos al ingreso producen, sobre todo, aquello en lo que sobreabunda la Comunidad: productos agrícolas, que deberán se financiados con fondos de las cajas comunitarias». Los funcionarios de Bruselas cuentan ya con que la sobrecarga financiera que se espera dejará a la Comunidad sin posibílidad de pago. Los Gobiernos europeos tendrían que aportar más del 1 % de su impuesto sobre el valor añadido (IVA), que es lo mismo que vienen haciendo.

De ahí que el canciller Schmidt, por una parte, dice que no quiere esto «en ningún caso», pero también considera que no se debería detener por más tiempo el ingreso de los tres países mediterráneos. Por ello, no cabe otra solución que una reforma agraria.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_