La entrevista entre Suárez y Garaikoetxea podría posponerse ante nuevas diferencias políticas

Las dificultades surgidas en torno a la ley de Financiación de las comunidades autónomas, a su paso por la Comisión Constitucional del Senado, y el trabajo inoperante, según una fuente vasca, de las comisiones de conciertos económicos y la mixta de transferencias, han incrementado el deterioro de las relaciones entre el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el Gobierno, hasta el punto de que anoche todavía no se había fijado ni día ni hora para la entrevista entre Adolfo Suárez y Carlos Garaikoetxea, prevista en principio para hoy.

Al parecer, entre el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y el lendakari Garaikoetxea existe un pulso consistente en que mientras Garaikoetxea afirma que no viene a Madrid, si antes no se resuelven algunas cuestiones previas, Adolfo Suárez responde que esas cuestiones tienen que ser objeto de negociación entre ambos líderes. Esta es la razón por la que a la hora de cerrar esta edición persistía la incógnita sobre la celebración o no del encuentro.Las expectativas esperanzadoras de un pronto retorno del PNV al Parlamento español se han tomado en oscuros presagios en las últimas horas, a la vista del pesimismo y la irritación que ha provocado en. este partido el dictamen de la Comisión Constitucional del Senado en el que no se contempla la solicitada modificación del texto mediante la inclusión de una cláusula de salvaguardia de los conciertos económicos, como sistema específico de financiación de la comunidad autonomá vasca.

Cuando, semanas atrás, dirigentes del PNV apuntaban, en tono optimista que se daban las «condiciones inmejorables» para el regreso del partido al Congreso, no ocultaban que una de las premisas básicas, si no indispensable, para la adopción de esta decisión pasaba por la modificación en el Senado del proyecto de ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas. En este sentido, afirmaban entonces las mismas fuentes que las expectativas eran esperanzadoras.

Ruptura de compromisos

Fuentes nacionalistas de toda solvencia insinuaron a EL PAIS la semana pasada la existencia de promesas, e incluso compromisos, por parte del Gobierno central de que en el Senado iban a tomarse en cuenta las exigencias del PNV, que pretendía que se incluyera en el texto de la citada ley una referencia expresa a la particularidad del sistema de finan ciación de la comunidad autónoma vasca en base a la existencia de unos conciertos económicos.

La irritación había sustituido ayer al optimismo en el seno del PNV y, más concretamente, en el Gobierno vasco, donde se consideraba que a la vista del dictamen realizado por la Comisión Constitucional del Senado son ya muy escasas las posibilidades de que prospere la mencionada modificación en el Pleno que la Cámara Alta celebró el jueves. Esta irritación explicaría el abandono de la reunión, por parte de la representación vasca, que el miércoles celebraba la Comisión de Conciertos Económicos en el Ministerio de Hacienda. La orden llegó directamente del Gobierno vasco, que consideró que las oscuras expectativas con respecto a este contencioso condicionan no poco la utilidad y el propio sentido de la mencionada comisión, que trata de avanzar en comoel borrador de un primer concierto económico para la comunidad autónoma vasca.

En la misma noche del miércoles, fuentes próximas al Gobierno vasco no ocultaban a EL PAIS una visión pesimista en el futuro de las relaciones con UCD y la posibilidad de que el partido y el ejecutivo vasco efectúen en este sentido eventuales cambios de estrategia que complicarían muy seriamente el posible retorno del PNV al Parlamento español.

En esta línea se pronunciaba a la misma hora en San Sebastián el Consejo Nacional del partido, que en un comunicado afirmaba que el PNV «se siente en la obligación de ' manifestar que el hecho de que los conciertos económicos quedaran sometidos al marco de la ley orgánica de Financiación de las Comunidades autónomas en su actual formulación, supondría poner en peligro la credibilidad, ante una gran parte del pueblo vasco, del proceso autonómico y obligaría, en todo caso, al partido a una seria revisión de su política».