"La última cena", de Leonardo, en grave peligro

La célebre obra maestra de Leonardo da Vinci La última cena, pintada al fresco sobre una pared del convento dominicano de Santa María, en Milán, corre grave peligro, pues se ha descubierto en él una gran fisura de dos metros, que ha obligado a la clausura del edificio.

La fisura tiene un espesor de un centímetro, a lo largo de dos metros, y se abrió en la pared soporte del fresco, a tres centímetros de la figura del apóstol san Juan, que es el último de la derecha.

Ante el mal estado del fresco, hace años que se colocaron doce espías -aparatos electrónicos colocados en la pared- para detectar su estabilidad. Gracias a uno de estos espías, que dio la señal de alarma, se descubrió el daño el domingo.

La historia clínica de La última cena está repleta de avatares. Hace unos años, el microscopio electrónico reveló que la obra estaba siendo devorada por millares de bacterias y por la humedad.

Aquella infección de la pintura -realizada por Leonardo da Vinci en 1498- fue reiteradamente denunciada por expertos del mundo entero. En 1978 se efectuaron algunos trabajos de restauración, y en marzo del año pasado la Unesco incluyó La última cena en su lista de obras maestras a salvar.

Los trabajos de restauración deberán durar, por lo menos, dos años más. Los más urgentes son los de restauración de la pintura, la construcción de un techo de acero que la proteja y la consolidación de las paredes.

La hendidura advertida el domingo indica que no hay tiempo que perder, ya que el desmorona miento de la pared, aunque fuera parcial, causaría pérdidas irreparables.

El estado de salud del célebre fresco nunca ha sido muy bueno, pues ya en el siglo XVI Vasary testimoniaba su mal estado de conservación y se quejaba de difícil que era ver sus colores con claridad.