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Divorcio: la mayoría quiere el "sí"

Ayer, por fin, inició su andadura en las Cortes el proyecto de ley de divorcio, que es una de las bases específicas de una sociedad en libertad. (...)El proyecto de ley de divorcio, pese a su timidez ya denunciada, debe seguir adelante. Aquí si podría decirse que sería más grave el remedio que la enfermedad. Una devolución al Gobierno sería contraproducente. Si triunfaran las corrientes más conservadoras son su enmienda a la totalidad, las esperanzas de alumbrar en el futuro otro proyecto serían mínimas; si el triunfo fuera del sector más progresista del Congreso, se habría perdido una ocasión de oro en busca de una situación más ideal no garantizada por nadie.

El proyecto, pues, debe salir adelante cuanto antes, y ello exige que hoy se vote sí en la Comisión de Justicia del Congreso. Desde esta columna editorial se ha pedido más de una vez prisa para el proyecto. Y hoy se presenta la ocasión de evitar una marcha atrás que sería verdaderamente lamentable. La situación en que se encuentran tantos matrimonios rotos exige que no se tronche hoy en el Congreso su esperanza. El ministro de Justicia, Iñigo Cavero, nada sospechoso de promover la ley de divorcio por motivos ocultos, dijo ayer en las Cortes algo tan claro como esto: «Un matrimonio fracasado ya no cumple ni puede cumplir sus fines específicos como institución y actúa como elemento perturbador en la vida social».

12 de junio

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