El Gobierno alemán rechaza la iniciativa del presidente francés

Gobierno y oposición, en la República Federal de Alemania han juzgado, con diferentes matices, la última toma de postura del presidente francés Valéry Giscard d'Estaing, sobre la ampliación de las Comunidades Europeas. Para el Gobierno de Bonn, según comentó su portavoz oficial, Klaus Boelling, a los periodistas, esta toma de postura del presidente francés «no es una nueva política». En este sentido, Bonn opina que «no debe dramatizarse demasiado esta situación».

El portavoz trató también de quitar importancia a las palabras de Giscard, diciendo que el presidente lo que pretendía, en realidad, era llamar la atención sobré los problemas que se derivarían de una ampliación «aquí y ahora» o en un futuro relativamente cercano de la «Europa de los nueve».Por otra parte, el gobierno federal es partidario de que prosigan las actuales negociaciones abiertas con España, Grecia y Portugal, y ello sin que se interpongan pausas. Sobre la amplitud del período negociador, el portavoz gubernamental no hizo comentario alguno. Señaló, eso sí, que Bonn desea que las negociaciones lleven algún día a feliz término.

En cuanto a si París había consultado antes con Bonn sobre la toma de postura del presidente francés, el portavoz Klaus Boelling dijo que no se había establecido contacto alguno sobre esta intervención del presidente y que «tampoco había lugar a ello».

Los presidentes de los partidos de la oposición parlamentaria, Helmut Kohl (CDU) y Franz Josef Strauss (CSU), criticaron ayer más contundentemente la toma de postura de París. Incluso se reconocieron «decepcionados» por la actitud de Giscard. Strauss añadió, por su parte, que, «dado que, por ahora, no es viable la constitución de los "Estados Unidos de Europa", no hay razón alguna para que se produjese una ampliación territorial de las comunidades europeas».

Aunque hasta ahora ha sido notorio el respaldo de la RFA al ingreso de los tres candidatos, un respaldo más voluntarioso que efectivo, tal actitud favorable se ha ido haciendo más remisa a medida que la crisis agrícola ha exigido de Bonn un mayor compromiso presupuestario.

El temor a la ampliación comunitaria también afloró en las manifestaciones de agricultores alemanes en el norte de la RFA, el pasado jueves, con ocasión del anuncio de nuevos impuestos destinados a saldar déficit presupuestarios derivados de la última actitud francesa.

Por otra parte, el ministro de Finanzas, Hans Matthoefer, ha vinculado perentoriamente una reforma de la agricultura europea a la propia ampliación comunitaria. Los alemanes temen que la competencia que podrían significar para franceses e italianos los productos agrícolas españoles, portugueses y griegos, tendría también como efecto para los alemanes un nuevo endeudamiento para financiar excedentes.