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Francia y la ampliación de la CEE

Las declaraciones de Giscard equivalen a un "cerrojazo" a la ampliación

La «pausa » comunitaria solicitada anteayer, en París, por el presidente Valéry Giscard d'Estaing es interpretada por la opinión francesa como un «cerrojazo» a la ampliación del Mercado Común (MC) a España y Portugal, que durará un tiempo indeterminado. Todas las fuerzas políticas resaltan que «ahora Giscard adopta las posiciones que nosotros hemos defendido siempre». El futuro de las relaciones franco-españolas no quiere dramatizarse en los medios comerciales españoles de la capital francesa.La «bomba» de Giscard, ante los mil agricultores (es el sector más afectado por la agricultura española) que le escuchaban el jueves pasado, se ha convertido en el acontecimiento de este fin de semana en Francia y en la Europa de los nueve. Inspirada por la «pausa» giscardiana, la Prensa gala de ayer ilustraba con títulos más o menos sensacionales y con editoriales, su primera página: «Giscard vuelve la espalda a Europa», «Giscard renuncia a ampliar la Comunidad», «Giscard cierra la puerta de Europa», «Una injusticia», rezaba el editorial de la primera página del independiente Le Monde, que interpretaba la «pausa» giscardiana como sigue: «Puesto que los británicos se portan mal, castiguemos a los españoles y a los portugueses».

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De una manera bastante general, los diarios parisienses anotan que Giscard «ha bloqueado la ampliación de la CEE para hacer frente a Inglaterra, a los problemas agrícolas y a las presidenciales». La Prensa independiente resalta como «una ligereza más el tono con el que, aún no hace mucho, el presidente despreciaba a los que, como Marchais y Chirac, se oponían a la entrada de España en la Comunidad».

Toda la clase política gala reaccionó inmediatamente para criticar a Giscard, pero no porque «cierre la puerta» de Europa, sino porque «con retraso, ha dado razón a nuestras tesis». Esto último, por lo que se refiere a los comunistas y a los gaullistas, enemigos declarados los primeros de la adhesión española, y no menos enemigos los segundos, pero con formulaciones más matizadas. Los socialistas, a su vez, también resaltan las contradicciones de Giscard. Cada una de las cuatro grandes fuerzas políticas (gaullistas, giscardianos, socialistas y comunistas) coinciden ahora con Giscard: no se formula a priori político, pero la adhesión española, cara al voto de los agricultores en las próximas presidenciales, debe quedar entre paréntesis.

El electoralismo de la nueva «filosofía» giscardiana, como el paralelo de la actitud de los otros partidos, es resaltado por todos los comentaristas.

En ese mismo sentido se manifestó ayer el presidente de la Cámara Oficial de Comercio de España en París, Antonio Terán: «Entiendo que la "pausa" solicitada por Giscard responde a sus necesidades en materia de política interior. Es decir, que se puede retrasar unos meses o incluso un año el proceso de integración española, a causa de las próximas elecciones presidenciales. No creo, por el contrario, que se pueda parar el mecanismo desencadenado para desarrollar la adhesión de España a la Comunidad ni estimo que esa actitud esté basada en los intercambios del comercio franco-español».

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