Carter, empeñado en impedir una iniciativa europea sobre Oriente Próximo

El presidente Jimmy Carter está decidido a poner en juego todo el peso de Estados Unidos para impedir a la Comunidad Económica Europea (CEE) ponerse de acuerdo sobre una iniciativa conjunta en Oriente Próximo, según han informado círculos diplomáticos.

La cancelación de esta iniciativa es el principal objetivo de la diplomacia norteamericana antes del Consejo europeo que discutirá, en principio, el tema la semana próxima en Venecia. La misma cuestión, señala la Casa Blanca, será abordada por el presidente Carter diez días más tarde en la cumbre económica occidental, durante sus conversaciones con sus principales interlocutores europeos.La rapidez y la dureza con la que el presidente norteamericano condenó, el pasado fin de semana, el proyecto de intervención europea evocado en Washington por el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean François Poncet, confirma que para EE UU una iniciativa del «viejo continente» conlleva serios riesgos para el proceso de paz bilateral iniciado con Camp David. Los observadores diplomáticos disciernen dos razones principales del empeño de Carter por impedir cualquier acción colectiva europea que intente desbloquear la situación en Oriente Próximo.

Primero, tal iniciativa pondría de relieve, antes de las elecciones presidenciales nortearnericanas, el bloqueo del, proceso de paz egipcio-israelí que EE UU patrocina y que constituye el mayor éxito de la política exterior de Carter.

En segundo lugar, ésta sería la mejor demostración de la unidad con la que la CEE puede intervenir en los grandes asuntos internacionales, con independencia de EE UU, cuando considera que sus intereses no coinciden con la política exterior norteamericana.

Altos funcionarios de la Administración estadounidense dan claramente a entender que el presidente Carter puede adelantarse a los europeos, tomando él mismo una iniciativa que relance las negociaciones sobre la autonomía palestina, pero, en ningún caso, pueden especificar en qué consistiría esta iniciativa.

A largo plazo, la segunda razón, consistente en los inconvenientes que supone la creciente unidad europea para la política exterior norteamericana, preocupa seriamente tanto a los responsables de la Casa Blanca como a los del Departamento de Estado.

En sus numerosas declaraciones efectuadas durante su estancia en EE UU, Poncet ha recordado en varias ocasiones que las cosas no son ya lo que eran antes, que EE UU no es ya un país tan dominador como antes y que Europa, más unida, se ha convertido en una potencia con la que Norteamérica tiene que contar.

Ofensiva diplomática israelí

Israel ha desencadenado una apresurada ofensiva diplomática para convencer a los europeos de que se queden quietos y no entorpezcan el curso de las negociaciones sobre la autonomía palestina.

Esas negociaciones se encuentran congeladas desde hace casi un mes por decisión egipcia, en protesta por la política israelí de aumentar los asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza.

Itzak Shamir, ministro israelí de Asuntos Exteriores, se reunió ayer con su colega holandés, Chris van der KIaauw, en la primera etapa de una urgente gira que le llevará también a Copenhague y Bruselas.

En la capital de la CEE, el jefe de la diplomacia israelí tiene previsto entrevistarse con altos funcionarios de varios países.

Fuentes políticas de La Haya declararon que estaba clara la intención de Shamir de disuadir a la CEE de emprender una nueva iniciativa de paz, según anunciaron recientemente los máximos dirigentes europeos.