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ETA Militar reivindica el asesinato de Tomás Suliburría, antiguo militante de la organización

ETA Militar reivindicó el asesinato, ayer, en Bilbao, de Tomás Sulibarría, alias Tomi, de veintisiete años de edad, antiguo militante de la citada organización, al que sus ex compañeros acusan de haber actuado como agente provocador infiltrado. Sulibarría casado y padre de un niño de cuatro años, fue abatido ayer, poco antes de las once de la mañana, por un único disparo efectuado por un desconocido en las escaleras de acceso a la plaza Nueva, en el casco viejo de la capital vizcaína. Hace veintiún meses, Tomi fue ya víctima de un atentado similar, también reivindicado por ETA Militar, en el que resultó gravemente herido. Posteriormente fue condenado a dieciocho meses de cárcel, que cumplió en las prisiones de Basauri y Burgos. Desde hace unos tres meses se encontraba en libertad.

El atentado de ayer se produjo a las once menos cuarto de la mañana. Sulibarría, que a primera hora de la mañana había estado en la agencia del Banco de Vizcaya donde trabajó hasta mayo de 1.973, para solicitar ser readmitido en su antiguo puesto, descendía en ese momento las escaleras que comunican la plaza Nueva con la calle del Correo. En el momento en que la víctima pasaba ante la pastelería Ochoa, un muchacho que se encontraba acompañado por una joven, apostado en el pretil superior de las escaleras, efectuó un disparo que alcanzó a Tomi en la cabeza, entre la nuca y el oído izquierdo. Los dos jóvenes atravesaron acto seguido la plaza, en sentido transversal, caminando a paso ligero, pero sin correr, perdiéndose por la salida situada en el extremo opuesto, no lejos del lugar donde se encuentra la comisaría de policía del casco viejo.Unos minutos después, varios agentes de policía interrogaban en el lugar de los hechos a posibles testigos y detenían a una joven que, pese a haber presenciado el atentado, aseguraba no haberse fijado en qué dirección habían huido los agresores. El cadáver de Sulibarría quedó durante unos quince minutos tendido en el suelo, boca arriba, mientras seguía manando sangre de su cabeza. Trasladado al hospital de Basurto, los médicos sólo pudieron certificar su fallecimiento.

Poco después del mediodía, una llamada telefónica recibida en una emisora bilbaina reivindicaba el atentado a nombre de ETA Militar, anunciando un próximo comunicado más amplio sobre el tema.

A primera hora de la mañana del día 30 de agosto de 1978, Tomás Solibarría fue hallado gravemente herido en la cuneta de la carretera de Bermeo a Mundaka, no lejos de esta última localidad vizcaína. Una bala le había atravesado la garganta y la mandíbula, dejándole sin habla. Veinticuatro horas después, y cuando el herido se encontraba en el pabellón de reanimación del hospital de Bilbao, fuertemente custodiado por la policía, se recibía en diversos medios informativos vascos un comunicado firmado por ETA Militar en el que se acusaba a Sulibarría de ser un colaborador de la policía desde 1975, año en el que, por breve espacio de tiempo, había estado detenido. El escrito de ETA daba precisiones sobre la participación de Tomi en 19 creación de la gestora pro amnistía de su barrio y su posterior ingreso en ETA, organización en la que actuó como coordinador de dos comandos cuyos componentes serían Posteriormente detenidos. Según la versión de ETA, Sulibarría huyó a Francia en mayo de 1978 con la intención de «introducirse entre los refugiados para llegar a tener acceso a aquellos a quienes el Gobierno atribuye una mayor influencia política». Fruto de esa actividad sería, para ETA, la organización, «en colaboración con su enlace de los servicios de seguridad españoles, del atentado contra Juan José Etxabe y su esposa». Tomás Sulibarría negó desde el primer momento tales acusaciones. Por su parte, las secciones sindicales del Banco de Vizcaya, donde trabajó hasta su huida a Francia, ponían en duda las explicaciones de ETA y, tras recordar su destacada actividad sindical, pedían pruebas concretas de las acusaciones. ETA no volvió a pronunciarse sobre el tema.

En octubre de.1979, Tomás Sulibarría, que se encontraba detenido en la cárcel de Burgos desde un año antes, fue juzgado por la Audiencia Nacional, que le condenó a dieciocho meses de cárcel por un delito de terrorismo.

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