Cuestionada la autenticidad de un Sorolla adquirido por la Diputación de Valencia

La desarticulación de un grupo de traficantes de obras de arte por la policía en Valencia ha provocado fuertes controversias entre gobierno civil y diputación provincial, a raíz de unos comentarios realizado por el gobernador civil. José María Fernández, en el transcurso de la conferencia de prensa en que se dio cuenta del resultado de la operación, sobre la presunta falsedad del cuadro Pescadoras valencianas, del pintor Joaquín Sorolla, adquirido por la diputación en una subasta londinense por veintidós millones de pesetas el pasado noviembre.

La autenticidad de la obra de Sorolla se ha puesto en duda a raíz de las afirmaciones de uno de los de tenidos, el súbdito brasileño José Silveiro, quien aseguró en el transcurso de la investigación policial que la obra adquirida por la diputación es una copia hecha por Fernand Legras, argentino afinca do en Suiza, cuyo original se encuentra en una colección particular de Nueva York. El gobernador civil comentó que a estas manifestaciones «no hay que darles más importancia que como declaraciones de un delincuente». Sin embargo, la puesta en duda de la autenticidad del cuadro, cuya compra fue muy comentada en todos los medios valencianos por la alta cotización alcanzada, ha provocado en la corporación provincial una inmediata reacción para salir al paso de lo que considera un infundio que pone en tela de juicio su gestión administrativa. «Es una imprudencia tremenda hacer público de palabra un comentario tan grave antes de comprobar los hechos. Se suelta a la opinión pública en unos momentos de intensa negociación de los presupuestos de la corporación entre los tres partidos, con el fin de poner en entredicho nuestra gestión y control de gastos», manifestó su presidente, el socialista Manuel Girona. El presidente de la diputación afirmó que «la imprudencia del gobernador enturbia la eficaz gestión de la policía, que ha hecho un trabajo espléndido, al situar en segundo plano informativo este éxito v destacar como hecho más importante de la operación la presunta falsedad del cuadro». Asimismo, señaló que «produce una imagen de la corporación sujeta al fraude de un sospechoso delincuente»

Shoteby's de garantías

Para clarificar la veracidad de estos rumores, la diputación entabló contacto con la dirección de la galería londinense Sotheby's, vendedora del cuadro, al objeto de comprobar la autenticidad. Según manifestó la dirección de la galería, «en absoluto puede considerarse cierto el posible fraude suscitado después de las declaraciones del detenido sospechoso, y, en caso de que fuese cierta la falsedad, devolveremos íntegro a la corporación el importe de la compra».

El expediente de adquisición de Pescadoras valencianas consta de sendos certificados que acreditan su autentificación. La galería londinense especificó en la factura de compra, con fecha de 28 de noviembre: «Nosotros certificamos que es un original pintado por Joaquín Sorolla y Bastida», documento que fue entregado a los medios informativos, así como la fotocopia del certificado efectuado a la llegada del cuadro a Madrid, el pasado 19 de diciembre, en que el nieto Francisco Pons-Sorolla, director del museo del pintor valenciano, certificó tras su desembalaje la autenticidad de la obra «pintada en la playa de Valencia el año 1903 y enviada por Sorolla a la exposición internacional de Berlín del año 1904, donde se vendió en 4.000 marcos». Según hizo constar el nieto, Pescadoras valencianas, de Sorolla, es «obra de muy notable importancia en su madurez de gran pintor galardonado» y se halla catalogada por Bernardino de Pantorba en su libro sobre la vida y obra de su abuelo. El certificado especifica que se trata de «un óleo sobre lienzo de 0,93 por 1,865 metros, firma do y fechado en ángulo inferior derecho por J. Sorolla Bastida, 1903 ». La desarticulación del grupo de traficantes de cuadros ha supuesto la detención de José Silveiro, junto a otras tres personas de nacionalidad argentina, Carlos Jiménez y los hermanos Héctor y Raúl Gómez Isasmendi, a quienes se intervinieron en varios pisos de la ciudad importantes obras artísticas. Entre este material se encuentra un cuadro del siglo XVIII, de autor anónimo, valorado, según expertos, en unos sesenta millones de pesetas; un cuadro de Picasso, al parecer falsificado, que representa una tarde de toros, y otro de Miró.

A raíz de la operación se han recuperado también una certificación del cuadro de Sorolla Después de la pesca, actualmente en la galería Anticuario del Louvre, de París, documentos falsos y otros útiles para falsificación.

Según la nota oficial, José Silveiro dirigía las gestiones para adquisición de cuadros falsos con la firma de pintores de fama internacional. Posteriormente, confeccionaba el certificado de expertización de las obras para venderlas como auténticas.