Supuestas irregularidades en la adjudicación de mobiliario escolar

Supuestas irregularidades y arbitrariedades en la adjudicación de mobiliario escolar por parte del Ministerio de Educación y Ciencia han sido denunciadas a EL PAIS por los responsables del grupo de empresas Casbar, habitual licitador a los concursos públicos de este departamento.

Según su gerente, Santiago Conesa León, el pasado 25 de enero, el Ministerio de Educación y Ciencia convocó uno de estos concursos para la adjudicación del contrato de «suministro, entrega e instalación» de mobiliario diverso con destino a centros de BUP, EGB y formación profesional, por un importe global de 1.772.034.000 pesetas.La presentación de ofertas y de muestras podía hacerse hasta las trece horas del 21 de febrero. La totalidad del concurso estaba compuesta por 45 lotes.

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Denuncia el señor Conesa que las irregularidades comienzan ya en estos primeros momentos, al no convocarse, el concurso con un pliego de condiciones suficientemente detallado «y cuando a veces pedimos aclaraciones de los técnicos sobre un mismo artículo se reciben contestaciones totalmente distintas», asegura. Considera el denunciante que Educación y Ciencia debería convocar sus concursos públicos de la misma manera que lo hacen otros organismos del Estado: Ministerio del Ejército, Ministerio del Aire, Correos y Telégrafos.... que son todos ellos un modelo de concreción y detalle sobre el objeto del concurso. «Así», asegura, «se podían hacer las adjudicaciones de una manera mucho más objetiva, en base a las mejores ofertas de precios».Los lotes más importantes del concurso (los cuatro primeros) por un valor total de 973.325.000 pesetas, se referían a pupitres. Fueron adjudicados a las firmas Suministros Albert, Federico Giner, Hijos de A. Serrano, Apellaniz, FIVSA, Forespan, XEY y Oasis. Argumenta el señor Conesa que tan sólo cuatro de estas empresas habían obtenido mayor calificación que la suya en el in forme de la comisión técnica encargada de analizar las muestras y ofertas presentadas, y que incluso la firma Oasis había sido descalificada en un primer informe de la comisión por llevar en todos sus modelos de pupitre presentados «barra que limita e movimiento». Sin embargo, posteriormente, Oasis se vio fa vorecida con una adjudicación de 170 millones de pesetas. «Mientras tanto», dice el señor Conesa «nuestro grupo de empresas se ha quedado sin adjudicación alguna».

Otro de los lotes, el número diez (mesa de profesor con sillón), fue igualmente adjudicado de una manera irregular, según el denunciante. El grupo Casbar presentó a él tres muestras diferentes, que fueron desestimadas, respectivamente, porque se había roto uno de los cajones al dejarlo caer contra el suelo (prueba a la que es sometido), porque la línea no resultaba muy agradable o el sillón no tenía los brazos guarnecidos y porque el asiento del sillón tenía muy poco espesor. «Todo ello», dice el señor Conesa, «cuando en los pliegos de condiciones no se especifican los espesores de los asientos y, en relación a sus brazos, permiten que estén o no guarnecidos. Además», asegura, «las ofertas de mi empresa eran de 9.295, 9.360 y 9.515 pesetas, respectivamente, y las adjudicadas lo han sido en 9.800 y 10.000». El total del lote ascendía a 122.540.000 pesetas.

Difícil reclamación

El sistema de resoluciones, según el señor Conesa, deja mucho que desear, puesto que quedan prácticamente al arbitrio de los técnicos, que «a veces no tienen ni los medios ni los conocimientos suficientes para emitir un juicio justo». Y denuncia que no tienen a quién reclamar, puesto que, aunque se puede interponer recurso de alzada ante el ministro de Educación, siempre que lo han hecho se ha recibido como respuesta el silencio administrativo.