Informe para una televisión nacional de Cataluña / y 2
En el informe redactado por un grupo de trabajadores de RTVE en Cataluña (Informe per a una televisió nacional de Catalunya) se critica la utilización de la lengua catalana en la actual programación regional: «La situación es francamente lamentable. Nadie se preocupa, puesto que nadie debe rendir cuentas de cómo se utiliza el catalán en cada programa». La lengua catalana se encuentra en la situación de «indeseada» y «tolerada» y se propone una rigurosa selección del personas que aparece en pantalla y la figura de correctores de estilo.Los trabajadores de RTVE en Cataluña denuncian el lamentable estado en que se encuentran los archivos de RTVE: «De acuerdo con el organigrama de RTVE en Cataluña, la televisión de Barcelona cuenta con dos secciones dedicadas a la conservación del material: videoteca y archivo filmado y fotográfico. Pero los dos, en realidad, no son más que meros almacenes donde se amontonan los materiales, sin sentido y sin catalogación rigurosa que los haga productivos y utilizables. La conversación de estos materiales, en teoría, exige unos locales acondicionados a determinada temperatura (veintiún grados para las cintas de vídeo y dieciocho grados para la película cinematográfica), condiciones que no reúnen los dos locales de Miramar y Esplugues. «Esto ha producido la destrucción progresiva de buena parte del material producido por la televisión, y en 1973, aproximadamente, se tuvo que desechar gran cantidad de cintas porque habían quedado totalmente inutilizables. Aunque la existencia de TVE en Barcelona se remonta a 1958, sólo se conservan algunos materiales de 1967. unos pocos del período 1970-1974 y sólo a partir de 1975 se comenzó a archivar con cierta normalidad».
Por lo que se refiere a los programas informativos catalanes, se escribe que su principal problema consiste en «una visión regionalista y parcial». Se critica que estos programas se limiten a informar únicamente de lo que sucede en Cataluña, mientras que el resto de la información procede de TVE en Madrid. Se hace hincapié en que las comarcas se encuentran, informativamente, desasistidas y se pide una red de corresponsales dotados con equipos de vídeo y cámaras cinematográficas con sonido, así como un programa especializado en los problemas del campo, barrios y trabajo.
El informe analiza también los distintos géneros de programas. Se pide un incremento y una concepción distinta de los programas culturales, incremento de los infantiles y un horario de emisión más adecuado a su audiencia potencial, así como la necesidad de una programación de carácter educativo en unión con los centros escolares. Se destaca igualmente la precariedad de las producciones dramáticas, el colonialismo de los telefilmes norteamericanos, la necesidad de asegurar la igualdad de oportunidades para los equipos artísticos, así como el fomento de un nuevo tipo de programas, el «documental-ficción «que combine la ficción y la realidad en torno a un tema o denuncia». En cuanto a los musicales, se afirma que sólo existe un programa cada quince días, que es necesario abandonar el play back, salvo en casos muy justificados, y se pide un incremento de la programación musical, tanto clásica como ligera. El informe critica la apenas existente programación de entretenimiento, concursos, variedades, etcétera, y el estilo casero de los programas deportivos, mientras que todos los esfuerzos están orientados a producir en Cataluña, para toda la red estatal, los programas Polideportivo y Sobre el terreno. Se escribe, en este sentido, que el FC Barcelona obtiene un tratamiento preferente y que la información deportiva, en vez de reflejar los numerosos acontecimientos y actividades que tienen lugar en Cataluña, se pierde en rumores y chismes a propósito del deporte.
El informe propugna en sus conclusiones «una televisión pública, abierta a todas las corrientes de opinión y pensamiento y a la participación de la colectividad; una televisión, por consiguiente, sometida al control democrático de las instituciones representativas del pueblo de Cataluña: el Parlamento y la Generalidad». El texto concluye con dos anexos sobre las censuras a determinados programas catalanes con ocasión del referéndum autonómico.
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