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Amenazas a la libertad en España

El cambio en España de la dictadura franquista a la democracia liberal en pocos años ha sido extraordinario. Ahora ha surgido una amenaza para esta evolución. Los tribunales españoles, donde los jueces de Franco ejercen todavía un considerable poder, han restringido la libertad de Prensa, y lo que es peor, el Gobierno del primer ministro, Adolfo Suárez, que ha sido siempre un firme defensor de las nuevas líbertades, parece participar ahora en el ataque.El caso más inquietante es el de Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS, el más importante diario liberal español. El delito de que se le acusa es el de desacato a la autoridad judicial, demostrado sobre todo en un editorial de 1978 sobre libertad de Prensa. Como resultado de una sentencia del Tribunal Supremo, Cebrián puede ser suspendido en sus funciones como director del periódico. La otra media docena de acusaciones contra él incluyen infames delitos, como insultos a la policía. La condena por cualquiera de estos cargos o también por una eventual falta del tráfico, pueden llevarle a la cárcel.

EL PAÍS nació hace cuatro años, poco tiempo después de la muerte de Franco. Desde entonces, debido en gran parte a los esfuerzos de Cebrián, ha ganado una reputación intemacional. También recientemente se ha manifestado como un agudo y efectivo crítico del Gobierno Suárez. Pero España está aprendiendo el precio de esa temeridad. El persistente acusador del director del diario ha sido nombrado por Suárez, no por Franco.

Otros periodistas menos conocidos han sido procesados, algunos ante tribunales militares. En estos meses se han instruido autos de procesamiento por insultos a las fuerzas armadas, desacato a la autoridad judicial, escándalo público y daños y perjuicios a la seguridad del Estado.

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Debido a que el Gobierno Suárez no ha logrado establecer un nuevo Código Penal, la Prensa continúa sometida a las duras leyes de Prensa de la época de Franco.

El primer ministro, Suárez, y el rey Juan Carlos, han hecho mucho en cuatro años para institucionalizar la democracia española; pero los resultados son frágiles. Con frecuencia se descubren nuevos complós militares para restaurar el Estado autoritario. Los funcionarios franquistas continúan siendo hostiles a una sociedad más abierta. Con estos enemigos ideológicos, el Gobierno puede sentirse tentado de suprimir la crítica de los liberales en la Prensa. Mientras corre el riesgo de suprimir la democracia.

, 19 de mayo

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