Enfasis alemán en la pacificación mundial
Medio año antes de las elecciones generales, la Confederación de los Sindicatos Alemanes (DGB), orientada según principios socialdemócratas, ha concentrado sus demandas del Primero de Mayo en un apoyo al Gobierno en sus gestiones en favor de la paz mundial, del mantenimiento del «sindicato Único» y en contra de la disciplina de los empresarios en materia de precios.En Stuttgart, ciudad en la que se celebró el mitin oficial de la DGB, con participación de destacados políticos socialdemócratas, los líderes sindicales calificaron la paz mundial como un objetivo primordial de las organizaciones de trabajadores. Los dirigentes sindicalistas atacaron violentamente al partido de los ecologistas, los «verdes»: «La protección del medio ambiente es importante, pero no puede aspirar a convertirse en el primer objetivo de los sindicatos».
El acto oficial del Primero de Mayo a cargo de la DGB se concentró más en el tema de la paz mundial y la distensión que en la problemática más inmediata al mundo trabajador. El presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Willy Brandt, dijo que la «paz se encuentra ahora colocada en una débil capa de hielo», que en cualquier momento puede quebrarse, y que los sindicatos deben cooperar a que esta capa no se rompa.
Brandt hizo también un llamamiento a los trabajadores «para que demuestren a Helmut Schinidt que están detrás de él». Algo similar, dijo el ministro de Justicia, Hans-Jochen Vogel, en Munich, ante 12.000 afiliados a la DGB o simpatizantes. Vogel pidió la puesta en libertad de los rehenes norteamericanos en Irán y la salida de las tropas soviéticas de Afganistán.
El presidente de la rama del metal, una de las más combativas en la DGB, pidió en Duisburgo que termine la «escalada de amenazas» entre el Este y el Oeste, y consideró imposible una dignificación mayor del trabajo sin una garantía de paz.
Un día después de que el Gobierno federal aprobase un presupuesto suplementario para la adquisición de armamento, el jefe del SPD, Willy Brandt, denunció, en Dortmund, que «en este mismo Primero de Mayo se dedicará en el mundo al armamento alrededor de 2.600 millones de marcos».
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