Carlos M. Rama estudia la independencia de las Repúblicas latinoamericanas
Ciclo de conferencias de la Fundación Juan March
El proceso de independencia de las repúblicas latinoamericanas es el tema del ciclo que desarrolla el profesor Carlos M. Rama, de la Universidad Autónoma de Barcelona, en dos conferencias incluidas en el programa de cursos universitarios de la Fundación Juan March. El martes pasado pronunció la primera ponencia, sobre las causas de la revolución independentista latinoamericana, y el martes próximo, día 6, analizará el proceso independentista en los períodos comprendidos entre 1810-1821 y 1868-1898.
«Entre las causas estructurales de la revolución independentista, algunas se remontan hasta 1492, al momento de la conquista, cuando se establecieron las bases de una sociedad inestable, inarmónica y no equitativa, que sólo podía mantenerse por la fuerza», afirma el profesor Rama. «Pero para que la revolución culminara fue necesario que una clase rica y culta, la burguesía criolla colonial, discriminada en los puestos oficiales y en sus derechos como ciudadanos, tomara las riendas del movimiento de descontento protagonizado por otras clases -indios, negros y mestizos- que ya se habían manifestado anteriormente en una serie de revueltas populares».«La influencia de las ideas de los liberales españoles fue más importante que la que pudo tener la Revolución Francesa o la Independencia Americana en la configuración de los factores ideológicos que alimentaron el proceso independentista», afirma el profesor Rama. «Los independentistas americanos hicieron suyos los principios más progresistas y democráticos del ideario liberal, que encontraron en América mejores condiciones de arraigo que en la Península, al ser allí la sociedad más abierta a las, nuevas comentes, mas propicia a aceptar lo que en la metrópoli era condenado por heterodoxia».
El conjunto de causas señala das confluyen hasta cristalizar en el estallido que se produce en Caracas, México y Río de la Plata en 18 10, precisamente en el momento de mayor debilidad de España, cuando ésta es invadida por las tropas de Napoleón.
«Si se hubiera llevado a cabo una serie de reformas en el sentido de conceder mayor autonomía a las colonias y, sobre todo, libertad de comercio, tal vez se habría retrasado e incluso congelado el proceso independentista», apunta el profesor Rama. «Pero la demandas que presentaron los diputados americanos en las Cortes de 1812 nunca fueron atendidas, y ya en 1822, cuando Fernando VII recibió la propuesta de México de crear una monarquía borbónica en este país, desechó esta última oportunidad al negarse a colaborar».
«En todo caso, la emancipación de las colonias estaba, según opina la mayoría de los historiadores, en la lógica natural de las cosas, pues ya desde mediados del siglo XVIII la relación numérica de población y de producción de riqueza era desfavorable para España».
El cosmopolitismo de los criollos que dirigieron el proceso en América, vinculados a las más avanzadas corrientes del pensamiento europeo, explica la llamativa unanimidad del estallido revolucionario, en 1810, que culmina en la batalla de Ayacucho, el 7 de diciembre de 1824.
«A lo largo de estos catorce anos, se diferencian dos tendencias en el seno del movimiento independentista», explica el señor Rama. «Por una parte, los liberales moderados de Chile o Argentina, partidarios de que algo cambie en la cúpula política para que todo siga igual en la estructura social. Por otra parte, los que podríamos llamar jacobinos, que propugnan fórmulas más avanzadas, como José Artigas, promotor en Uruguay de una verdadera reforma agraria; Hidalgo y Morelos, que proclaman en México el fin de la esclavitud, o Simón Bolivar, radicalizado desde su original conservadurismo, quien llegó a realizar un importante reparto de tierras».
«En cualquiera de estas dos alas, la independencia acabó con los mecanismos de control colonial, con la Inquisición, e instauró la libertad de prensa. Pero la consecuencia más positiva y trascendente de la emancipación es que supuso el fin del aislamiento que sufrían los países de Latinoamérica, su plena integración al mundo internacional».
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