Nuevo Baztán, un pueblo del sigloXVII, en venta

El pasado 9 de marzo, unos 1.500 navarros residentes en Madrid se desplazaron a Nuevo Baztán a celebrar la javierada, lo que se interpreta como indicio de que los navarros consideran a esta localidad como una especie de prolongación de su tierra y albergan vínculos afectivos hacia el pueblo. Precisamente la iglesia del mismo se llama de San Francisco Javier. Asimismo, parece que la Diputación Foral de Navarra estaría interesada en la adquisición del palacio, valorado en unos 75 millones, extremo este que no se ha podido confirmar.Nuevo Baztán nació por decisión de un navarro, el marqués de Goyeneche, quien a principios del siglo XVII encargó a José de Churriguera el proyecto arquitectónico del palacio, el patio, los jardines y un grupo de casas destinadas a colonos y servidores. Fue, por tanto, un señorío navarro en la provincia de Madrid, y sólo muchos años más tarde pasó a la categoría de pueblo con ayuntamiento propio. El pueblo conserva aún el trazado original de Churriguera, que ya en aquel entonces le dotó de un servicio de alcantarillado, hecho algo insólito para la época.

Hoy, Nuevo Baztán, cuyo nombre está tomado de uno de los valles navarros, tiene la mayoría de sus casas primitivas en muy malas condiciones, con los tejados semiderruidos y evidentes muestras de abandono. Por lo general, los edificios ruinosos coinciden con los que son propiedad de Pantaleón González, virtual propietario de medio pueblo, no sólo de sus casas sino también de las tierras de labor. Muchos de sus actuales habitantes trabajan de alguna forma para el señor González, sobre todo en las tierras agrícolas. El pueblo tiene un censo de algo más de trescientos habitantes.

El palacio presenta un buen estado de conservación en general, aunque uno de los torreones tuvo que ser restaurado por la Dirección General del Patrimonio Artístico hace unos años, tras derrumbarse parcialmente. Sin duda es el patio o la plaza cuadrada, de grandes dimensiones, situada a sus espaldas, lo que se encuentra en situación más ruinosa. El patio, al que se accede por un portalón rematado por un arco de piedra, está limitado por corredores de habitaciones de dos plantas, con balaustrada, que le confieren una gran belleza. Es un lugar muy frecuentado por los directores de cine, que ruedan películas de sabor histórico o aventurero localizadas en siglos pasados. La última que se estuvo rodando, hace apenas una semana, contaba las andanzas de un paladín solitario, tipo El Zorro.

Frente al palacio se encuentra un jardín cuadrado, con árboles centenarios, que es el centro de las continuas denuncias de Adelplia y de uno de los concejales del pueblo, Antonio Moral, único concejal de izquierdas y aislado por sus compañeros de corporación, seis concejales de UCD. El jardín, como el palacio y el pueblo en su conjunto, está en trámites de ser declarado conjunto histórico-artístico de interés nacional. Posee ya declaración monumental desde 1941, y esto obliga a que todo el conjunto sea visitable por el público y conservado en su estructura original, pese a lo cual su jardín fue cercado completamente a mediados de los años cuarenta, y en su recinto se construyó una pequeña piscina privada.

La Administración no coordina sus actuaciones

Ahora, Pantaleón González ha concebido el proyecto de restaurar las casas de su propiedad, entre ellas unas treinta que forman el patio, y ponerlas en venta a precios que parece que oscilan alrededor de los cuatro millones de pesetas. El atractivo que supone para cualquier hipotético comprador el hecho de que se trate de una antigua casa construida en el siglo XVII por José de Churriguera es innegable.Adelpha, sin embargo, es partidaria de que los organismos oficiales dispongan alguna medida para la restauración de dichas viviendas y que sean ofrecidas a los mismos habitantes del pueblo.

En este sentido apunta un ambicioso proyecto lanzado por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo a través de su Dirección General de Arquitectura. Este proyecto contempla la restauración total de ocho localidades repartidas por todo el país que reúnan suficientes méritos históricos y artísticos. El proyecto se llevaría a cabo entre varios ministerios, y su finalidad última sería revitalizar la vida de dichos pueblos, dotándolos de todas las necesidades actuales, respecto a condiciones de habitabilidad, asistencia sanitaria, enseñanza. Uno de los elegidos fue precisamente Nuevo Baztán.

Sin embargo, Pantaleón González tiene aprobado desde abril de 1927 el proyecto de restauración de los edificios en corredera que forman el patio, con el visto bueno de la Dirección General del Patrimonio Artístico, por lo que los dos proyectos se interfieren. La Dirección General de Arquitectura acudió a mediados de enero al Ayuntamiento de Nuevo Baztán para recabar datos sobre la situación económica y urbanística del pueblo, y se enteró que sobre las casas objeto de restauración pesan hipotecas por valor de varios cientos de millones (según Adelpha, las hipotecas ascenderían sólo a 170 millones), lo que les ha hecho revisar la conveniencia de Nuevo Baztán como pueblo-piloto, ya que tendrían que hacerse cargo de las mismas.

Adelpha denuncia especulación

Para Adelpha, el abandono del proyecto de Arquitectura -viviendas restauradas y ofrecidas en alquiler a los vecinos- y su sustitución por el de Pantaleón González -viviendas restauradas y vendidas a personas ajenas al pueblo- supone una operación especulativa de envergadura. Asimismo, insisten en sus viejas denuncias del incumplimiento de las obligaciones del propietario en cuanto a tener abierto el palacio y los jardines al público, al menos un día a la semana. También la Diputación Provincial de Madrid ha manifestado su interés porque salga adelante el proyecto de Arquitectura.La opinión del señor González es totalmente contraria. Considera que el proyecto de restauracióón es perfectamente legal, y rechaza la acusación de que lo haya iniciado para adelantarse a la acción del MOPU, puesto que el suyo es muy anterior. No se opone, en principio, a que el conjunto pueda ser visitado por el público, siempre que algún organismo oficial aporte el personal necesario de mantenimiento y de cicerones. «No me importa en absoluto que sea la misma Adelpha quien se responsabilice de este cometido», declaró el señor González a EL PAIS. Respecto a la venta de las casas antiguas afirmó claramente su postura: «El palacio es de mi propiedad, así como unas quince casas del pueblo (el concejal Antonio Moral señala que el número asciende, al menos, a cincuenta). Mis negocios están atravesando momentos difíciles y necesito dinero con urgencia para hacer frente a una serie de responsabilidades económicas, por lo que he decidido ponerlas a la venta. No me interesa alquilarlas, y supongo que con mis propiedades puedo disponer como crea más conveniente. Incluso el palacio está en venta, y quiero señalar que no tengo preferencias de ningún tipo respecto al comprador. Me da igual que sean los navarros, los americanos o Adelpha».

Antonio Moral -que afirma que todo lo relacionado con el palacio se lleva en el ayuntamiento a espaldas suyas- está ahora dedicado a la creación de una comisión de defensa de Nuevo Baztán, que ya cuenta con la segura adhesión de Adelpha, y las muy probables de varios ministerios, diputación provincial, intelectuales y personalidades vinculadas a la universidad o al ámbito arquitectónico.