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Importantes revelaciones de un dirigente de las Brigadas Rojas

Las confesiones de Patricio Peci, jefe histórico de las Brigadas Rojas, detenido el pasado mes de febrero, han permitido a la Magistratura italiana reconocer a todos los implicados en el secuestro y muerte del primer ministro democristiano Aldo Moro y reconstruir la historia de esta organización armada en los últimos tres años.

De sus revelaciones, contenidas en más de setenta folios, han salido por lo menos cuarenta mandatos de captura y la información necesaria para descubrir varias bases logísticas de las Brigadas Rojas en distintos puntos del norte de Italia y detener a tres importantes miembros de este grupo en la operación llevada a cabo en Tolón (Francia) -por la policía francesa.

Sobre el caso Moro, Patricio Peci admitió que él formaba parte del comando que secuestró al dirigente democristiano y mató a los miembros de su escolta. Reveló también toda una serie de nombres que constan como secreto del sumario.

Peci ha reconstruido -afirman fuentes de la Magistratura italiana- los tres últimos años de las Brigadas Rojas, con nombres y apellidos, armas y refugios utilizados, así como métodos empleados para la actividad clandestina.

Una enigmática mujer

El brigadista reveló también la identidad de la misteriosa mujer que, sistemáticamente, ha aparecido en los atentados más espectaculares, desde el secuestro de Moro hasta el que costó la vida al vicepresidente del Consejo Superior de la Magistratura Vitorio Bachelet.Se trata de Bárbara Balzarani, compañera de Mario Moretti, en la actualidad los dos cerebros más buscados de las Brigadas Rojas.

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Patricio Peci, finalmente, facilitó todo tipo de detalles sobre la actividad de esta organización en los centros industriales del norte de Italia y advirtió, entre otras cosas, que en las factorías de Lancia y Fiat de Turín y en la Sit Siemens de Milán no sólo hay informadores, sino auténticos activistas, categoría a la que se llega después de haber tomado parte en algún atentado.

Según las mismas filtraciones llegadas a la Prensa, el brigadista arrepentido se encuentra en una celda a prueba de bombas en la cárcel de Pescara, después de haber sufrido un amago de atentado en la fortaleza de Fossombrone por parte de sus compañeros de prisión.

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