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Indignación entre los israelíes tras el atentado Palestino contra el "kibutz"' Misgaw Am

«Terroristas malos han entrado en nuestra guardería infantil. Nuestros soldados han venido y nos han salvado. He gritado "papá", "mamá". He llamado, he gritado y no me habéis oído.» Esta es la descripción del atentado perpetra do contra la guardería infantil del kibbutz de Misgav Am hecha por un niño de tres años y medio herido por fragmentos de granada.Un adulto, Meor Peretz, también herido, que dormía cerca de los niños, narra: «Uno de los terroristas, muy nervioso, gritó: "¡Hay que matarles a todos inmediatamente!" Su compañero intentó tranquilizarle: "Es un pecado matar a niños pequeños." El primer terrorista se enfadó: "¡Mentira! Incluso en el antiguo Egipto, el faraón ordenó matar a todos los recién nacidos judíos".»

En Israel, tierra demasiado prometida, demasiado santa y demasiado ensangrentada, matanzas de hoy y horrores de ayer están íntimamente mezclados.

Otro detalle significativo: los tres diarios palestinos publicados en Jerusalén este, como la prensa jordana, han silenciado púdicamente el atentado del lunes en sus editoriales y comentarios.

¿Puede uno extrañarse en estas circunstancias de que todo esto provoque entre los israelíes oleadas de indignación, deseos de venganza? El primer ministro, Beguin, asistió a los funerales de las dos víctimas del kibbutz. Evocando la muerte del niño de dos años y medio, Beguin gritó: «Recordemos la frase terrible del poeta: "Incluso el diablo no imagina la venganza apropiada por la sangre vertida de un niño".»

Ante la Comisión parlamentaria de Defensa, el presidente de la mencionada comisión, profesor Moshe Arens, diputado del Likud, declaró: «Desde la retirada de las tropas sirias de la costa de Líbano, la OLP controla, de hecho, más de un tercio del territorio libanés. Si queremos evitar que el drama de Misgav Am se repita tenemos que cambiar la situación. ¿Cómo? No me corresponde a mí proponer soluciones operacionales. »

Esta declaración del diputado Arens es interpretada en Israel como la exigencia de una vasta operación militar israelí, más allá de simples represalias.

En el Ministerio de Defensa se aconseja, sin embargo, a los periodistas que no contribuyan a «calentar el ambiente», y se señala el editorial del diario laborista de oposición Davar, como un ejemplo de «madurez política».

«La respuesta apropiada al atentado contra Misgav Am no debe ser una respuesta improvisada», escribe Davar. «No hay que sacar la pistola sin pensar, y al deseo natural de castigo rápido hay que preferir consideraciones políticas basadas en los intereses fundamentales del Estado de Israel. Toda réplica israelí tiene que perseguir un objetivo político concreto. Esto es siempre verdad y en todas las circunstancias, sobre todo ante la cumbre de Washington.»

El atentado contra el kibbutz no ha servido los intereses políticos de los palestinos en Israel, en la medida en que la opinión israelí parecía estos últimos tiempos algo más comprensiva de cara a las reivindicaciones nacionales palestinas y criticaba la intransigencia de Beguin.

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