Samuel Rubio publica "El catálogo crítico del padre Soler"

El catálogo crítico de la obra musical del padre Antonio Soler, autor del siglo XVIII, será presentado mañana por el musicólogo Samuel Rubio en el Real Coliseo de Carlos III, en San Lorenzo de El Escorial. El acto ha sido organizado por las asociaciones culturales Amigos del Real Coliseo y Padre Antonio Soler. En el mismo habrá una mesa redonda en torno a la obra y personalidad del padre Soler. Además, se celebrará un recital de obras del monje escurialense, a cargo de Genoveva Gálvez, al clave, y el cuarteto vocal Tomás Luis de Victoria. La obra que va a presentarse es la culminación de una profunda y especializada dedicación musicológica de Samuel Rubio.

Cuando en febrero de 1967, Samuel Rubio da lectura, en el Instituto Pontificio de Roma, a su tesis sobre Cristóbal Morales (que sería después libro importante, definitivo), monseñor Higinio Anglés, escribe al general de la Orden de San Agustín: «Haga publicar cuanto antes esta maravilla de tesis y permita la dedicación exclusiva del padre Rubio a la investigación musical. » No se equivocaba el gran don Higinio, la más alta herencia que, junto a Manuel de Falla, legara Felipe Pedrell.Desde hace ya muchos años, Samuel Rubio goza de un prestigio internacional, ganado desde todos y cada uno de sus trabajos: profundos hasta lo exhaustivo y animados siempre por luces creativas propias de quien, además de musicólogo (investigador, historiador, esteta), es formidable músico. Entre nosotros, aun contando con una buena tradición en la materia, el musicólogo alcanza mayor consideración en el mundo restringido de los músicos que en el de la intelectualidad, entendida en su concepto más riguroso, lo que no sucede fuera de España, donde un musicólogo de la talla de Rubio (y aun de no tanta) está inserto en la nómina y la actividad del gran mundo intelectual.

Una obra trascendente

El corpus de la obra de Rubio (aún no ha cumplido los 68 años) cobra particular relevancia y significación trascendente. Aparte su actividad docente en el conservatorio o antes sus funciones como «maestro de capilla» y organista en El Escorial, Samuel Rubio -entre infinidad de artículos, ensayos y conferencias- viene lanzando una ya larga serie de estudios musicológicos y publicaciones musicales críticas. A título recordatorio citaremos La polifonía clásica, dos veces editada en español y una en inglés, de 1956, más que un tratado formal y paleográfico «conciso, completo y autorizado», como escribe fray Antonio Casanueva; Cristóbal de Morales (1969), lo más lúcido publicado hasta la fecha sobre el gran polifonista, obra que «honra la musicología española», al decir de José Subirá; Catálogo del archivo de música del monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial (1977), aportación musicológica que inmediatamente se convirtió en acontecimiento internacional.

En el campo de las ediciones críticas, debemos a Rubio una preciosa Antología polifónica sacra (1954) , dos volúmenes de Canciones espirituales, cuatro tomos de Motetes de Tomás Luis de Victoria, una colección de Organistas de la Real Capilla, la Agenda defunctorum, de Juan Vázquez; Officium hebdomadae sanctae, de Victoria; Salmos, himnos y magníficat, de Juan Navarro, y Opera omnia, de Juan de Anchieta, que verá la luz muy pronto.

Figura de Antonio Soler

Hemos dejado para el final toda referencia a la dedicación de Rubio a la personalidad del padre Soler, quien le antecedió, dos siglos atrás, en el magisterio de capilla del monasterio escurialense. Fue primero la edición, por Unión Musical Española, de siete tomos de sonatas para instrumentos de tecla, con la buena nueva de un grupo de sonatas en varios tiempos que, separándose del modelo scarlattiano, se aproximan a corrientes de Haydn. Que en éste, como en otros aspectos, el monje español no es, de ninguna manera, un simple deudor del genial napolitano. A los libros de sonatas añade pronto Samuel Rubio su edición (también por UME) de seis conciertos para dos órganos y la más reciente, ya comentada aquí (véase EL PAÍS, 29 de diciembre de 1979), de Siete villancicos de Navidad, precedidos de un estudio histórico -estético sobre la forma del villancico polifónico desde el siglo XV al XVIII, impresos a cargo del Instituto de Música Religiosa de Cuenca, a los que ha de añadirse un octavo villancico, precisamente editado por UME: Cielos, qué opuestas voces. Revisiones y transcripciones que muy pronto se han hecho música viva, en un exacto cumplimiento de esa sustancialidad músico-musicólogo del padre Rubio, aludida anteriormente.

El mismo instituto nos hace llegar ahora el Catálogo crítico de la obra vocal e instrumental de Antonio Soler, capaz de poner orden en el disperso mundo de los archivos guardadores de obras del músico de Olot, «al objeto de que los aspirantes al estudio de las mismas conozcan las fuentes y los lugares en que se conservan», desde los monasterios de Montserrat, El Escorial y Guadalupe, a la Biblioteca de Cataluña o del conservatorio madrileño, pasando por las del Orfeó Catalá, San Pedro de la Geltrú, palacio de los duques de Villahermosa, parroquia de Valderrobles o Fondo Paul Guinard.

El catálogo crítico, dividido en dos apartados

Divide Rubio su catálogo en dos grandes apartados: música vocal y música instrumental, que, a su vez, admiten las subclasificaciones de sagrada y profana, para el primer bloque, y de órgano, clave y quintetos, para el segundo. Es sabida la dificultad de precisar las fechas de composición de gran parte de la obra de Soler y aún resulta peliagudo y exige tan largos conocimientos como dedicación la identificación de su autenticidad. Por supuesto, Rubio no pretende haber Regado al final, pues cualquier día, en este o aquel archivo pueden aparecer nuevos manuscritos de Soler. Con todo, las 471 obras registradas en el catálogo (con inclusión en el caso de la música instrumental de los comienzos musicales) dan la posibilidad de un conocimiento exacto de la personalidad de Soler, varia, rica, fascinante.

Fruto del estudio de muchos años

Todavía, el catálogo, con ser algo absolutamente nuevo en la musicología española, se enriquece con otras aportaciones, fruto de un estudio de muchos años: la reproducción, por vez primera en su integridad, de la Memoria sepulcral, que guarda el monasterio de El Escorial, primera fuente biográfica, que parcialmente había incluido Higinio Anglés en su introducción a los quintetos publicados en 1933 por el Instituto de Estudios Catalanes; la cronología de la vida de Soler, tan exacta como es posible, y en la que se destruyen algunos errores circulados anteriormente en artículos, ensayos e historias musicales; la vida del compositor, con atención a todos los aspectos biográficos y constatación de cuantos materiales documentales existen hasta la fecha, y el estudio del famoso tratado Llave de la modulación y seguimiento de la polémica que levantara a partir del folleto de Roel del Río, maestro de capilla de Mondoñedo, y en la que, además de los dos coloquiantes, intervienen Juan Bautista Bruguera y José Vila.